La asistenta social Conxa Puig recibió ayer la Medalla de Honor de la Ciudad de manos del alcalde, Alfredo Vega. Terrassa rendía así homenaje a la trayectoria profesional y al compromiso personal de Puig con las personas enfermas de cáncer y con sus familias. También a su contribución a la innovación en terapias de apoyo y a su labor crucial en la fundación Oncolliga.
“Curar a veces no se puede, cuidar siempre”, dijo Conxa Puig en su discurso de agradecimiento, que pronunció en un Saló de Plens repleto de pacientes, familiares de enfermos de cáncer, amigos, compañeros de profesión y su familia. Muchos admiradores de la labor de Conxa Puig se vieron obligados ayer a seguir el homenaje desde los pasillos del pleno, desbordado por tantas muestras de reconocimiento.
Para el alcalde Alfredo Vega, Conxa Puig “ha hecho un honor a la ciudad” con su labor, con su ejemplo “de lucha por la vida” y de innovación, “abriendo camino” en terapias con laringectomizados y con pacientes con cáncer de mama, tratamientos que después han aplicado otros equipos.
Joaquim Estebanell, presidente de Catalunya Contra el Càncer y de Oncolliga Terrassa y Vallès Occidental, fue el encargado de glosar la figura de Conxa Puig, a quien definió como un ejemplo de discreción. “Es la sencillez de la generosidad, alguien que seduce”. Compañero en Oncolliga, Estebanell recordó la llegada de Conxa Puig a Terrassa hace más de 40 años, procedente de Manresa. Se desplazó para formar parte del equipo de la Asociación Española Contra el Cáncer y pronto consiguió local para crear el Centre de Rehabilitació de Laringectomitzats en la calle Salmerón, hoy sede de Oncolliga, proyecto al que se integró desde su fundación.
Conxa Puig fue miembro fundadora de la Societat Catalanobalear de Cures Pal.liatives. En 1983 fue proclamada Terrassenca de l’Any y en 2005 ERC le otorgó la gorra Frígia, en reconocimiento a su figura.
Agradecida
Ayer, la asistente social tuvo un recuerdo para sus primeros compañeros, con los que impulsó “la filosofía de trabajo” que ha impregnado su apoyo a pacientes y familiares. Recordó al primer paciente con cáncer de laringe que trató, “un hombre joven, con cuatro hijos, que se estaba construyendo una casa. Me impresionaron las consecuencias de la operación”. Y a las entidades, fundaciones y patronos que han colaborado en las iniciativas de apoyo a los enfermos de cáncer. La homenajeada envió un emocionado agradecimiento a su esposo Ferran y a sus cuatro hijos, presentes junto a sus nietos en la ceremonia. “Son mi fuerza”, dijo.