Terrassa

Ahora, ¿todos quieren pactar con Vega?

Ni en el mejor de los guiones políticos el alcalde Alfredo Vega hubiera imaginado que, tras la ruptura del pacto con el PDeCAT y el abandono de seis de los nueve concejales socialistas, su condena a una frágil minoría sería un mero espejismo, entregada la oposición a una pugna sobre la contribución de cada cual al gobierno de la ciudad.

El episodio se vivió ayer en la segunda mitad del pleno de presupuestos. El acuerdo entre el PSC y TeC, que lleva aparejada una comisión bilateral que debatirá temas estratégicos de ciudad como la revisión del POUM, un plan para los polígonos industriales y la actualización del Pla Local d’Inserció Social (PLIS), ha levantado ampollas.

“El POUM pide un debate abierto a todos los grupos, no solo a TEC”, arrancó Javier González. El portavoz de Ciutadans se atribuyó, y le desmintieron, el impulso al debate del plan de ordenación, a la ejecución del Parc de la República, los taludes de la riera del Palau y el Pla de Barris de La Maurina. “Cada uno elige sus compañías”-, le dijo a Vega, y le recordó que TeC “en 2015 quiso enviarlos a la oposición, en 2017 lo volvió a probar. En 2016 intentó gobernar con ustedes y ahora en 2018 lo hará en la sombra, desde el bar”.

Miquel Sàmper, portavoz del PDeCAT, también rechazó el acuerdo PSC-TeC y lo hizo visiblemente dolido . “Es un pacto de gobierno -dijo-, que no entendemos a un año del final del mandato, sin posibilidad de emprender nuevos proyectos”.

Sàmper no ocultó su malestar por el plan de polígonos industriales previsto en la comisión bilateral PSC-TeC, al entender que ignora, desprecia o rectifica su labor al frente del área económica, que lideró hasta la ruptura del pacto.

El portavoz del PDeCAT interpeló al alcalde, al que acusó veladamente de deslealtad: “Usted ha hecho suya la frase que Xavier Matilla ha utilizado contra mí como una losa de oposición: ‘la reactivación de la economía no puede pasar sólo por asfaltar los polígonos’. Pido que se lleven a comisión los informes de 3 años de trabajo sobre la diagnosis económica de la ciudad, el desarrollo industrial y diferentes planes”.

Durante el pleno, Matilla y su pacto con el PSC fueron objetivo de las críticas de la oposición. “Nunca hemos renunciado a ser alternativa de gobierno -se defendió el portavoz de TeC-. Hemos presentado candidatura en los dos plenos de investidura. Pero también tenemos capacidad de responsabilidad y de no eludirla cuando toca”. El concejal recordó a C,s y al PDeCAT que ellos “también han suscrito acuerdos a dos bandas con el PSC. ¿Qué problema tienen ahora?. Nosotros no hemos pedido ni sillas ni sueldos, solo proyectos concretos”.

El estracto de la situación la hizo una vez más Isaac Albert, portavoz de ERC-MES. “Hacía tiempo que no veía tantas ofertas de gobierno. Todo el mundo quiere ir con usted señor Vega. Nosotros no”, dijo. A ERC-MES las bilateralidades le parecen perfectas, menos cuando abordan “un tema tan estratégico como la revisión del POUM, para el que no estamos preparados, porque no hay ni la experiencia ni el consenso necesarios. Sería una irresponsabilidad absoluta”.

En el pleno de los presupuestos, el más político del ejercicio, el jueves se habló más de alianzas y de retos de futuro que de números. El alcalde Alfredo Vega, visiblemente más cómodo en este nuevo escenario, explicó que el grupo de trabajo con TeC “sólo quiere acordar las bases programáticas para hacer el encargo y la diagnosis del nuevo POUM. No hemos querido apartar a nadie ni esto es un pacto de gobierno encubierto”, dijo.

El primer edil insistió en la idea de que, tras la ruptura del pacto de gobierno con PDeCAT, el pleno recupera la foto de las elecciones municipales de 2015, en las que “recibimos un mandato de corresponsabilidad dirigido a todos los grupos”. El PSC gobierna en minoría con 9 concejales, seis de ellos recién llegados, una situación que requerirá de consensos y que, dijo, “ha habido grupos que han sabido leer”.

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