El equipo que dirige Alfredo Vega se encontrará en el pleno del jueves el primer debate de la nueva etapa del Ayuntamiento tras la dimisión de Ballart y la entrada de los nuevos concejales, que, por cierto, también se estrenan este jueves. Se trata de la concesión del servicio de transporte urbano en Terrassa. El pleno deberá aprobar la concesión de otra prórroga a la adjudicataria, TMESA, empresa mixta participada por Avanza con un 80 por ciento y el propio Ayuntamiento con un 20 por ciento. La concesión lleva prorrogada desde el año 2009 y las extensiones del contrato deberían concluir en 2019.
El asunto es complicado y el conflicto generado en Terrassa arranca de cuando en 2013 se inició un proceso de licitación del servicio que resultó fallido por errores en los que no es necesario profundizar. La situación que se generó entonces demostró, en primer lugar, que la concesión de los autobuses urbanos de Terrassa no sólo es un contrato de gran relevancia para cualquier empresa, sino que es especialmente compleja y susceptible de judicializarse en cualquier momento.
Alfredo Vega hereda esta cuestión de la “administración Ballart” y tendrá que dar en el pleno explicaciones difícilmente justificables en torno al retraso que se lleva en la tramitación de este asunto. Con toda probabilidad llegaremos al final del mandato y no se habrá avanzado nada. Se dice que la licitación podría estar lista para mediados de 2019, pero hay quien habla de finales de ese mismo año. Las elecciones municipales serán en mayo, por cuanto en un sentido o en otro, será el nuevo consistorio que resulte de esos comicios el que deberá acabar de solventar ese asunto.
Había dos grandes temas en este mandato, el agua y los autobuses. La municipalización del agua parece encarrilada, pero el de los autobuses dista mucho todavía de ello y este jueves en el pleno, el equipo de gobierno se deberá explicar. Los partidos de izquierda se han posicionado ya abiertamente en contra de aprobar la prórroga, pero en esta ocasión el equipo de gobierno se encontrará con la comprensión de PDECat y también la de ciudadanos, que es más que probable que junto a la abstención de PP le permita aprobar esa prórroga.
La relajación del Ayuntamiento con la concesión de los autobuses podría muy bien atribuirse a que, como con el agua, si no se ha licitado, se debe prorrogar forzosamente por tratarse de un servicio básico imprescindible. La ciudad no se quedaría sin autobuses, pero es no es la fórmula. El Ayuntamiento debe ser diligente, especialmente en estos temas.