Opinió

Black Friday

Es curioso cómo en tan poco tiempo, una costumbre que en Estados Unidos entra en la categoría de lo tradicional, se exporte al exterior y en un par de años alcance la misma categoría allí donde llegue. Aquí nos enfrentamos ya al Black Friday como si hubiese convivido con nosotros toda la vida, lo hemos incorporado ya a nuestro calendario de consumo y manejamos los tiempos y la búsqueda de ofertas con una soltura pasmosa. El bombardeo de publicidad en torno a esta campaña parece incluso superior a las de nuestras tradicionales rebajas, o al menos esa es la percepción subjetiva.

El comercio en general parece que se plantea este año el Black Friday como el inicio de la verdadera campaña de ventas tanto de otoño como de Navidad. Las altas temperaturas, poco habituales en esta época del año, han frenado el consumo o al menos no se han cumplido las previsiones. Parece ser, según dicen los expertos, que el periodo de inestabilidad política también ha afectado al consumo y se han depositado grandes esperanzas en la campaña que empieza mañana.

El Black Friday tiene en la electrónica de consumo y en el comercio electrónico, su gran razón de ser o al menos es el sector que con mayor intensidad vive ese día, pero todos los ámbitos del comercio se han apuntado con entusiasmo. Desde las grandes superficies, ya plenamente integradas en el comercio digital, como el comercio tradicional se suman a la campaña del viernes negro en busca de oportunidades para mejorar sus cuentas de resultados o al menos de nivelarlas después de unas semanas muy complejas.

Así, estamos asistiendo no sólo a un cambio importante de los hábitos de consumo, sino que esto lógicamente afectará a la arquitectura de las temporadas de venta en España. Se dice incluso que probablemente a partir del año que viene la campaña del Black Friday suponga un volumen de ventas superior al que se realiza en Navidad y Reyes. Habrá que ver el pequeño comercio cómo asume esta nueva forma de comprar y vender puesto que sus posibilidades no son las mismas que las de las grandes superficies.

En cualquier caso, esperemos que la importancia del Black Friday contribuya, efectivamente, a cambiar del rojo al negro los números del comercio, especialmente del pequeño comercio y sirvan para activar un sector económico tan importante.

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