Terrassa

“El líder del siglo XXI debe ser capaz de motivar y compartir con los demás”

En el marco del proyecto de renovación pedagógica "Summem", la Escola Pia acogió el jueves por la tarde-noche una conferencia titulada "Nuevos liderazgos para una nueva época" a cargo de Àngel Castiñeira, director en Esade de la Cátedra de Liderazgos y Governanza democrática. El acto reunió a 250 personas, la mayoría padres de alumnos, maestros y profesores que trabajan en el centro.

Castiñeira, que fue presentado por el nuevo director del centro, Carles Cereceda, basó su exposición para definir el liderazgo a partir de cinco preguntas sobre las que fue dando respuesta y que en la mayoría de los casos fue ilustrando con imágenes proyectadas en pantalla.

En primer lugar hizo referencia a la realidad social y a sus cambios y abogó por tener una actitud constructiva para afrontar bien nuevos escenarios. "Cuando hablamos de transformar la realidad no ayuda a tener una posición negativa, de resistencia, de lamento, de indecisión. Todo lo contrario, hay que tener una actitud de aceptación, concienciación, implicación y de compromiso". En este contexto, el ponente sostuvo que "las situaciones que nos depara la vida no dependen de nosotros pero las actitudes sí por lo que sí estas son en positivo facilitarán el cambio. La partida pende de nosotros", reiteró.

El compromiso es clave
Castiñeira subrayó que la persona que toma una actitud de conciencia cívica, de implicación social y de compromiso es la que puede convertirse después en líder social. Matizó, sin embargo, que el compromiso debe gestionarse bien porque a, veces, se puede volver en contra. "El compromiso puede llegar a ser una bomba de relojería porque hay mucha gente comprometida que quiere ser protagonista y tener un papel preponderante en las riendas del futuro".

Remarcó que la persona involucrada debe reunir una serie de valores como la solidaridad, la justicia social, la coherencia, la voluntad de servicio, el humanismo y la honestidad. Y también cualidades personales que le lleven a una empatía con las otras personas con las que debe relacionarse. Asimismo dijo también que debe tener claro unos objetivos con contenido y que sean capaces de motivar a la gente que está a su lado.

Para Castiñeira, la persona comprometida es la que puede convertirse en líder. ¿Pero cómo debe ser el líder en la sociedad del siglo XXI? El profesor echó la vista atrás para ver cómo ha evolucionado o debería evolucionar el significado de esta palabra. Rememoró que la figura del líder se ha entendido como una persona que está al frente de un grupo pero que ejerce sus funciones de un modo autoritario sin que el resto tenga voz y voto.

Para él, esta forma de liderazgo "clásico" ya no tiene cabida hoy y debe adecuarse a la nueva realidad social. Así, Castiñeira defendió "un líder con un proyecto común pero con la participación y el esfuerzo de todo el grupo". Señaló que "hay que pasar del líder autoritario al líder facilitador, del líder que manda al que sabe motivar y crear compromiso, del líder que impone al que no lo hace; este tipo de líder es el que fomenta el trabajo en equipo", concluyó.

Facilitar el relevo
El ponente añadió que el líder del siglo XXI debe estar dispuesto, además, a pasar el relevo, es decir que debe entender que dentro del grupo puede haber más personas capacitadas para ejercer esta función de compromiso y motivadora. "La estrategia -dijo- es creer que siempre hay muchos fuegos (en sentido figurado) y mucha gente dispuestos a apagarlos porque la falta de sustituto puede bloquear muchos proyectos".

Y sobre ello ejemplarizó empresas y centros de investigación donde, a veces, los titulares o máximos responsables se resisten a pasar el relevo a otras personas que son igual de competentes. También apostó para que el líder y el grupo vayan "sembrando estrellas" a su paso porque si habrá alguién que recogerá sus frutos". Tras la exposición se abrió un coloquio con los asistentes para resolver cuestiones y dudas.

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