Opinió

Tic tac

El tiempo es inexorable y también insaciable. Estamos ante otro momento histórico de los muchos que hemos vivido en los últimos meses. El president Carles Puigdemont parece que tiene más o menos decidido declarar la independencia, no se sabe en qué términos, acción que tendrá unas consecuencias todavía más imprevisibles que la propia aplicación del artículo 155 de la constitución. Y mientras todo eso ocurre, los vasos comunicantes de la política tienen una conexión directa con la ciudad de Terrassa.

Todo gira en torno a las declaraciones que realizó el alcalde Jordi Ballart sobre el apoyo del PSOE a la aplicación del 155 en Catalunya. Dijo que si los socialistas españoles apoyaban en ello al PP y el PSC no marcaba distancias, él abandonaría el PSC y dimitiría como alcalde. Algún concejal más se manifestó en los mismos términos en las redes sociales. Ballart ha decidido que no hará ninguna manifestación hasta la celebración del pleno del senado que debe aprobar definitivamente las medidas del 155.

Pero además, el pacto entre PSC y PEDCat en Terrassa está pendiente de un hilo. También el viernes se celebrará en Terrassa la asamblea neoconvergente que decidirá el futuro del pacto de gobierno en la ciudad. Así, además de la posibilidad de la declaración de independencia en Catalunya y la aplicación del 155 por parte de Mariano Rajoy podría unirse la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Terrassa y una eventual dimisión del alcalde, aunque esta parece improbable.

Todos atribuyen a un “calentón” del alcalde sus manifestaciones y confían en que no se produzca tal dimisión. El problema está en cómo Ballart puede llevar a la ciudad hasta las elecciones de 2019 con sólo nueve concejales. Tan irresponsable sería el alcalde Ballart haciendo efectiva la dimisión que anunció como lo serían los partidos de la oposición de no anteponer los intereses de la ciudad a la vorágine de la política catalana. Es evidente que deben hacerse lecturas locales, que es inevitable la traslación de la política supramunicipal al equilibrio de fuerzas en la ciudad, pero lo que no sería tolerable sería la inmersión de Terrassa en una época de desgobierno que paralice todavía más la gestión de la ciudad. No parece probable que el PSC apoye el 155, pero, en cualquier caso, ante una eventual ruptura del pacto de gobierno, los partidos de Terrassa no han dado muestras de no merecer la representación que ostentan y sabrán buscar la salida que la ciudad necesita.

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