El líder del PSC Miquel Iceta aplaza hasta el próximo viernes, fecha prevista para la votación en el Senado de la aplicación en Catalunya del artículo 155 de la Constitución, su pronunciamiento sobre la intervención de las instituciones públicas catalanas por parte del Estado. El dirigente socialista capea así la crisis interna abierta en el PSC y la presión de varios alcaldes del partido, entre ellos el terrassense Jordi Ballart, que el sábado exigían un rechazo inequívoco del PSC a las medidas adoptadas por el Consejo de Ministros.
Ballart ya mostró el 6 de octubre su oposición personal a la aplicación del 155 en Catalunya y advirtió que si el PSOE y el PSC daban su apoyo a Rajoy en esta medida dejaría "la militancia y la alcaldía de Terrassa". Durante el fin de semana, el primer edil ha visto como el apoyo del PSOE a Rajoy disparaba en redes sociales las voces que le reclamaban que cumpliera su palabra y abandonara el cargo.
Pero de momento Ballart prefiere guardar silencio. Estos días sólo ha intervenido puntualmente en redes para dejar claro que, en sintonía con la opinión del PSC, su posicionamiento es "ni DUI ni 155". El alcalde no está dispuesto a ir más allá mientras Iceta siga sin concretar la posición del PSC, que ayer apostaba por un gesto de última hora que evite que que el Senado vote las medidas anunciadas el sábado por Rajoy .
"¿Qué hará el PSC? -respondió ayer Iceta a los medios-. El PSC ya lo dirá cuando toque. Estamos comprometidos hasta el viernes para intentar evitar esto. Mi trabajo es evitar el desastre, aquí y en Madrid", insistió. "Ningún socialista quiere la aplicación del 155. Defendemos el diálogo, el acuerdo y evitar el peor de los escenarios. Continuamos diciendo que no queremos declaración unilateral de independencia ni el 155".
Iceta compareció ayer tras la reunión de la ejecutiva del partido y negó que pueda haber una "ruptura" en el PSC ni "discrepancias" con el PSOE sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que "ningún socialista quiere" -dijo-, y exigió "diálogo" al presidente catalán, Carles Puigdemont, o bien que convoque elecciones ya.
El sábado los alcaldes Nuria Parlón (Santa Coloma), Jordi Ballart (Terrassa), Josep Mayoral (Granollers) e Ignasi Giménez (Castellar) mostraban su rechazo al 155 y "a las medidas que se derivan" y pedían al PSC que "se oponga frontalmente a esta medida y no valide, en ningún caso, su puesta en marcha". Horas después, Parlón abandonaba la ejecutiva del PSOE.
"No habrá una ruptura del PSC, porque estamos unidos en las ideas básicas de que no queremos que las instituciones catalanas sigan en la ilegalidad, ni que una minoría se imponga a una mayoría, ni que el proceso independentista arrase con todo", insistió ayer Iceta.
A su juicio, "tanto en el PSC como en el PSOE hay ganas de diálogo y de acuerdo, así como de evitar el peor de los escenarios. Y nos movemos todos en esa dirección, no hay discrepancias", reiteró. Aunque "hay gente (del PSC) que ha manifestado que no quiere el 155", Iceta seguirá "intentando" que no se produzca esa aprobación por parte del Senado.
"En estos momentos -añadió-, no conozco a nadie en el PSC más preocupado que yo por la situación actual y la eventualidad de medidas tan drásticas" como la aplicación del artículo 155.
Durante los últimos días Iceta ha hablado con "muchos responsables socialistas" y "todos" le han trasladado su rechazo a las ilegalidades de la Generalitat y a la independencia, del mismo modo que en la reunión de la ejecutiva ha habido 19 intervenciones y "todas han estado de acuerdo en lo que el PSC está haciendo", aseguró. Por ello "aprecia mucho" esas voces críticas internas que "no hacen sino estimular" su trabajo para evitar que se aplique finalmente el 155, aunque no aclaró qué hará su partido si finalmente se lleva al pleno del Senado este viernes. En paralelo el líder socialista se ha reunido con Carles Puigdemont para pedirle que no apruebe la DUI y con Ada Colau para mantener el pacto de gobierno en Barcelona. Ayer trascendió que el sábado llamó a la vicepresidenta del Gobierno, Saénz de Santamaría, y que ésta le pasó al presidente Mariano Rajoy .