Un total de 16 años y seis meses de cárcel es la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Barcelona a un individuo que acabó con la vida de su compinche accidentalmente de un disparo en el asalto de una vivienda en Les Martines en 2014, en cuyo interior había una plantación de marihuana. El propietario de la casa, para quien el fiscal solicitaba en su escrito de acusación dos años y cuatro meses de cárcel por un delito de tráfico de drogas, ha quedado absuelto.
En concreto, el ladrón, en prisión preventiva por estos hechos desde junio de 2015, ha sido condenado por un delito de homicidio consumado a 10 años de prisión; por tentativa de homicidio (hirió de bala al propietario de la casa) a tres años; por robo con violencia en grado de tentativa, a dos años y seis meses, y por tenencia ilícita de armas prohibidas, a un año.
Además, el fallo fija en cien miel euros la indemnización que deberá abonar a los herederos del cómplice fallecido y en 5.200 al amo de la vivienda por los daños y las secuelas que le causó tras herirlo de bala.
En relación al propietario de la casa, que en el momento del asalto disponía de una plantación con 322 macetas de maría (según el escrito del fiscal), la sentencia lo absuelve del delito de tráfico de drogas que solicitaba el Ministerio Público al afirmar que "no se ha probado en absoluto" que la droga estuviese destinada a la venta y el tráfico. "Es una mera conjetura que no se confirma con solidez", dice el fallo, que añade: "No hay ningún tipo de bolsas, envoltorios, embalajes, ningún dato contable, libretas, anotaciones, etc, que concurra como indicio de que es para la venta de terceros".
Con la cara tapada
"El propio acusado -prosigue la sentencia- da una explicación en el sentido de que por una enfermedad anterior relativa a sus huesos quedó con muchos dolores y que fuma habitualmente marihuana para aliviarlo, y que el cultivo lo hacía para sí mismo".
Los hechos ocurrieron la tarde del 28 de noviembre de 2014 en una casa sita en el Camí de Les Martines, en la parte de la urbanización que pertenece a Rubí, en una zona boscosa y aislada.
Los dos asaltantes, que iban con la cara tapada, abordaron al propietario de la casa y su hijo a su llegada a la vivienda encañonándolos con sus pistolas. Una vez en el interior, los inmovilizaron con bridas. Luego, el acusado y cabecilla del asalto se llevó al padre a la habitación donde tenía la plantación de marihuana y cortó las 322 plantas que había.
A continuación se reunió, junto al padre, con su cómplice y el menor en el comedor-cocina de la vivienda y luego todo se precipitó. El propietario, que iba a ser torturado, se liberó de las bridas, se hizo con un cuchillo y atacó a los asaltantes. El cabecilla respondió con dos disparos y uno de ellos lo hirió de gravedad.
Aun malherido, se dirigió hacia las escaleras de la casa, donde estaba el otro asaltante junto a su hijo, y se inició un forcejeo entre ambos. El ideólogo del atraco disparó de nuevo contra el propietario, pero la bala alcanzó mortalmente a su socio. Hubo entonces un segundo forcejeo (disparándose de nuevo el arma) entre el titular de la casa y el otro ladrón, de manera que el primero logró arrebatar la pistola al segundo, que huyó a toda prisa. Unos meses después fue detenido por los Mossos d’Esquadra y el juez ordenó su ingreso en prisión.