Será una protesta pero de buen rollo", nos comentaba un miembro de la Plataforma en Defensa de la Sanitat Pública de Terrassa, el sábado por la noche, en la plaza de Alexandre Cirici, poco antes de la llegada del conseller de Salut, Antoni Comín, pregonero de la fiesta mayor de Pere Parres. Se jugaba la simultánea de ajedrez, un grupo de rock probaba sonido, y había quién dudaba que todo un conseller, con lo que está sucendiendo, viniera a la fiesta de un pequeño barrio de Terrassa. Pero Comín apareció, y una veintena de personas desplegaron una pancarta donde se leía "Sanitat 100% pública. Fora privatització," y repartieron pasquines que denunciaban las cifras de pacientes en lista de espera, en Terrassa.
Libertad, convivencia y cuidado
El conseller dedicó su pregón al elogio de tres ideas que "deberían ser claves en nuestra vida colectiva": la libertad, la convivencia y el cuidado. "La libertad es nuestro valor más preciado como especie humana. Sin libertad no hay dignidad y sin dignidad la vida humana no puede ser verdaderamente una vida humana", comenzó. "La libertad tiene muchas caras. No es algo abstracto, sino concreto: significa poderse expresar como cada uno quiera, reunirse con quién uno quiera y cuando quiera. El derecho a informar y a ser informado, a escribir y defender las ideas propias. Es el derecho a votar y a ser votado".
¿Somos libres cuando no tenemos para comer o pagar el alquiler? "No. No puede haber libertad sin derechos sociales, ni sin derecho a la salud, la educación, la vivienda, el trabajo digno, igual que no puede haberla sin derechos sociales".
Añadió Comín que la libertad no es solo "cuestión de derechos individuales. También es una cuestión de derechos colectivos. También los pueblos pueden ser libres o no. Y son libres cuando pueden decidir libremente su futuro. Todas estas caras de la libertad han sido conquistadas gracias a luchas colectivas. Cuando las mujeres consiguieron el derecho de votar fue una conquista colectiva, como cuando los negros de Estados Unidos lograron sus derechos sociales".
El uso de esta libertad hace que "inevitablemente, tengamos ideas distintas", y por ello "las sociedades realmente democráticas son aquellas que han sido capaces de articular simultáneamente el pluralismo y la convivencia".
Llevaba Comín once minutos de pregón, cuando las voces de protesta se elevaron, y paró su intervención. "Me espero, porque vosotros tenéis el mismo derecho a expresar que yo", dijo, lo que despertó un gran aplauso. "Acabo el pregón y después, los que lleváis la fiesta mayor, tenéis que decidir cómo se ha de expresar cada uno en su momento." La protesta amainó inmediatamente, y Común acabó su pregón con un elogio del cuidado como valor de nuestra sociedad.