La oficina del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), ubicada en la calle de Edison, atendió ayer a los primeros solicitantes de la renta garantizada de ciudadanía (RGC), la nueva prestación económica que busca garantizar una vida digna a aquellas personas en situación de pobreza.
Con la nueva renta, cada beneficiario recibirá 564 euros mensuales, que irán aumentado de forma progresiva (604 euros en septiembre de 2018 y 644 euros en septiembre de 2019) hasta llegar al máximo previsto: 664 euros en abril de 2020, el equivalente a la renta de suficiencia de Catalunya. Estas cantidades variarán en función del número de miembros de la unidad familiar.
En Terrassa, los primeros en estrenar la prestación serán los 1.500 beneficiarios de la Pirmi, que no tienen que tramitar ninguna solicitud ya que pasan automáticamente a cobrar la RGC. De hecho, esta nueva ayuda sustituye a la Pirmi, que suponía percibir 426 euros al mes. El Ayuntamiento estima que, en total, el nuevo subsidio puede llegar a beneficiar a unos 4.500 terrassenses.
La puesta en marcha de la RGC empezó ayer, cuando se abrió el periodo para cursar la solicitud. Durante las últimas semanas ya se habían dado citas previas, con lo que la asistencia ayer a la oficina egarense del SOC fue como la de un día cualquiera.
Demanda de información
Desde el servicio explican que la atención estaba siendo muy ordenada ya que la mayoría de la gente se había informado previamente y ya acudía con cita. A otros, que ayer acudieron para saber los detalles de esta nueva prestación o bien para preguntar sobre subsidios para personas sin ingresos, el personal de atención del SOC se limitaba a entregarles un folleto indicándoles que cualquier información o solicitud de cita debía cursarse en el teléfono gratuito 900 400 012. También hay una web (www.rendagarantida.gencat.cat) donde realizar esta petición.
Rosa, de 49 años, es una de las personas a las que la asistenta social informó hace una semana de la entrada en vigor del nuevo subsidio y ayer acudió a la cita para cursarlo. Esta vecina de Terrassa se quejaba de cierto “desconcierto” entre los propios trabajadores y lamentaba las informaciones contradictorias recibidas. “La asistenta me dijo que esta ayuda substituía a la Pirmi y aquí me han dicho que no, que es una nueva prestación”, comentaba. La lentitud en la tramitación le produjo cierta desazón ya que está sin empleo desde hace dos años, sin ingresos y sin familia que pueda echarle un cable: “Parece que puede tardar hasta cinco meses en saber si me la conceden o no”. La burocracia obligará a esta vecina de Terrassa a volver otro día, explicaba, con más documentación. Salió del SOC ciertamente desanimada.
Sandra, de 56 años, lleva 18 años residiendo en la ciudad y nunca ha solicitado prestación alguna, a pesar de que ha pasado por periodos sin trabajar. Pero ahora, explica, “los pocos ahorros se han agotado” y sigue sin empleo. Ayer, por primera vez acudió al SOC para conocer si podía beneficiarse de algún subsidio y la remitieron al teléfono de información y cita previa. Aunque no confiaba demasiado en poder acceder a la renta garantizada asegura que tratará de gestionarla porque no tiene mucho más adonde acogerse ya que su edad y sus problemas de salud reducen sus posibilidades de encontrar un empleo.
Un caso similar es el de Juan. Él acudió para conocer las ayudas que podría percibir un familiar suyo: una mujer de 55 años, con una discapacidad del 55% y que lleva 20 años sin trabajar. Con el folleto de la RGC en la mano explicaba que llamará y tratará de gestionar la prestación, pero con un gran sentimiento de desesperanza. “Lleva años tratando de que la Administración le ayude a salir adelante y nunca ha encontrado ayuda”, lamentaba.
La renta garantizada es una prestación económica que tiene derecho a cobrar quien no disponga de ingresos o estos sean inferiores a los 564 euros (en caso de un adulto o bien otras cantidades superiores que varían en función de los miembros de la unidad familiar). Para optar a la RGC hay que ser mayor de 23 años y llevar residiendo en Catalunya, como mínimo, dos años.
Algunas ayudas actuales serán compatibles con la nueva renta, como, por ejemplo, las becas de comedor, de transporte, por estudios, las ligadas a la dependencia o las ayudas de urgencia para evitar desahucios.
Una novedad de este subsidio, aprobado con el voto a favor de todos los grupos del Parlament, en julio, es que será compatible con rendimientos del trabajo: lo podrán cobrar también personas con empleo a tiempo parcial cuyo sueldo esté por debajo de los 564 euros (o los 664 euros cuando se cobre completa). De momento, esta posibilidad sólo se aplicará a las familias monoparentales.