La hipotética Catalunya independiente debería progresar, aún más, en la ya excelente internacionalización de sus empresas, aunque tendría ante sí grandes retos, como una reforma del mercado laboral para no acabar siendo una "economía low cost", corregir la "escasa" y arbitraria inversión en infraestructuras que procede del Estado, hacer emerger la economía sumergida y darle un nuevo tratamiento a los autónomos. Estas fueron algunas de las cuestiones que surgieron en el foro "Els Empresaris Volem Saber", que organizado por "Creiem en Catalunya", se desarrolló con un alto nivel de asistencia en el Centre Cultural de Terrassa. Durante el acto, que contó con la presencia de Lluís Puig, conseller de Cultura, cinco representantes de entidades patronales vallesanas preguntaron a cinco reputados economistas sobre cuestiones candentes que preocupan al tejido empresarial. En las primeras intervenciones, previa al turno de preguntas, los expertos expusieron el marco general en ámbitos como el modelo económico, el mercado de trabajo, infraestructuras, internacionalización y micro empresas y autónomos.
Para Jordi Angusto, jefe de análisis socieconómico de la Fundació Catalunya-Europa, Catalunya requiere un grado de libertad económica que le permita decidir su modelo y su consejo fue muy claro. "El país debe dar un salto en nivel productivo y de salarios, que lo acerquen a los países nórdicos, que tienen sociedades más sanas". Y para subir en ese ránking (en el que Catalunya ya supera a España) hay que potenciar el sistema educadito, la innovación, las políticas de incentivos, el trabajo en red, las infraestructuras y los procedimientos. "Si todo el mundo puede hacer lo que haces, no vale demasiado", sentenció. En este mismo apartado abundó Miquel Puig, Doctor en Economía, aunque desde el punto de vista del mercado laboral. "Tenemos problemas muy importantes en el mercado laboral. Las personas con formación elemental duplican o triplica las de cualquier país del Norte de Europa", aseguró. "Si queremos un país como debe ser no podemos tener trabajadores mal pagados, que no pagan impuestos y reciben subvenciones. Con mano de obra barata no se va a ningún sitio. Si queremos estar en Primera División, tenemos que pagar como en Primera." Para ello apostó por potenciar la FP (lo que ya se ha empezado a hacer, dijo), abrir un debate sobre la flexiseguridad y mejorar salarios.
En Primera División
Joan Tristany, economista experto en desarrollo e internacionalización, remarcó el alto nivel de apertura al exterior de las empresas catalanas, que han sido capaces de realizar un cambio "cualitativo" de las exportaciones y que han conseguido un nivel de internacionalización, en este caso sí, propio de la Primera División. Y hay seguir por ahí, dando más solidez a esta dinámica porque es un "elemento clave para afrontar momentos de cambios, tanto tecnológicos, como económico y sociales". Para Tristany la clave, para seguir creciendo, es "disponer de una estrategia de internacionaización propia, ampliar la base de empresas exportadoras y las cuotas de mercado". Un asunto a corregir en una futura Catalunya independiente es, según Ignasi Sayol, presidente de la Fundació ICIL, es el nivel de inversiones, y sobre todo, las orientaciones de éstas porque, realmente, hasta ahora "no han sido ni suficientes ni las adecuadas", criticó así la política del Estado español. "Hasta ahora, el nivel de inversión del Estado en Catalunya ha estado muy lejos del PIB y de lo que requiere por su nivel de producción industrial y de población. Además, en el último año bajaron un 2,7%. Estas inversiones han sido insuficientes, añadió, en carreteras, ferrocarriles y aeropuertos en los últimos años, y sólo en los puertos han alcanzado unos mínimos aceptables, con lo que se han convertido en "herramientas estrategias" de la economía catalana. Pero las carencias son muy graves."No puede ser que el 60% del transporte se haga por carretera, el 10% por ferrocarril y un 5% en barco" Hay que exprimir las potencialidades del país. "El nivel del tráfico asiático en los aeropuertos mediterráneos debería ser 25 por ciento", puso como ejemplo. También habló, en este apartado, de la necesidad de mejorar la logística para favorecer al tejido industrial, reduciendo costes, y de aplicar medidas para agilizar la movilidad, ya que "presenta cuellos de botella que perjudican a personas y mercancías". Para este económica, es "crítico que Catalunya pueda decidir qué inversiones se deben priorizar". Josep Maria Vázquez, profesor de IQS School of Management, habló de micreoempresas y autónomos, y denunció que la actual Administración española está orientada a la "recaudación, que no a la ayuda, traspasa la carga administrativa a las empresa y cobra ingentes intereses por retrasos en los ingresos". Para Vázquez, se han de implantar medidas para sacar de la economía sumergida a numerosos profesionales, que "no ven claro darse de alta porque les exigen que paguen antes de que empiecen a generar ingresos". Y puso como ejemplo políticas de otros países que favorecen el afloramiento de la economía sumergida. "En Francia las empresas con menos de 30 mil euros de facturación no pagan IVA. En Inglaterra, una pequeña parte del IVA puede ser invertido por la empresa en negocios".
Antoni Abad, presidente de Cecot, preguntó por la carestía de la energía en España, a lo que Sayol respondió poniendo en evidencia la paradoja de que España "tiene un sobrecapacitación de generación pero el coste es caro porque existe mucha infraestructura que no se utiliza. Sin duda, habría que racionalizar esto porque existe mucho margen de merjora.". Marià Galí, presidente de la Cambra de Terrassa, inquirió sobre la presencia internacional de las instituciones catalanas en los foros donde se deciden los tratados de comercio internacional. A ello, Joan Tristany respondió que los nuevose estados pueden sumarse a los tratados internacionales de "forma sencilla", sólo "asumiendo los deberes que se imponen en el propio tratado.". Alicia Bosch, del Centre Metal·lurgic, abundó en que falta cualificación profesionales en el mercado laboral, mientras que Blai Costa, presidente del Gremi de Fabricant, inquirió en la necesidad de acertar en las políticas industriales, y Xavier Pujol (Pimec Vallès) en la urgencia de facilitar la adaptación del autónomo al nuevo entorno.