Por tercer año consecutivo Castellers de Terrassa se desplazaron el pasado fin de semana a Pont de Suert para hermanar dos tradiciones reconocidas por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: las fallas de los Pirineos, que motivan la fiesta de la capital de la Alta Ribagorça, y los castells.
El viernes, unos quince miembros de la colla blauturquesa subieron al Faro, donde se reunen los “fallaires” para, una vez de noche, participar en la bajada de las fallas. Cuando estos troncos resinosos encendidos llegaron al pueblo, a la plaza del Mercadal, allí estaba el resto de los Castellers, levantando un pilar de quatre.
“Fue el acto más importante del fin de semana, lleno de simbolismo, y que da sentido a nuestro desplazamiento a Pont de Suert”, señalan fuentes de la colla. “Este momento es cuando las dos tradiciones se fusionan para dotar de más poder a un instante tan simbólico, único, mágico y espectacular: dar la bienvenida a la población a la serpiente ancestral de fuego que desciende montaña abajo alzando un pilar al llegar los ‘fallaires”.
Al día siguiente, Castellers de Terrassa realizaron una pequeña cercavila por la localidad, y a las doce del mediodia, la exhibición. Tras un intento desmontado de tres de set, descargarían el dos de sis, el tres de sis y el quatre de sis amb el pilar, para cerrar la actuación con dos pilars de quatre. “Había poca gente, y optamos por llegar donde podíamos, que eran los castells de sis”, señala el cap de colla, Joan Enric Pujol .
Los castells
Dos de sis, tres de sis, quatre de sis amb el pilar y dos pilars de quatre