El exalcalde de Terrassa y exprimer secretario del PSC, Pere Navarro, se ha tomado con "naturalidad" el archivo de la causa que una jueza de Sabadell abrió contra él por un presunto delito de tráfico de influencias en el marco del "caso Mercurio". Siempre, asegura, ha estado "convencido" de que "no había ningún tipo de actuación delictiva" en los hechos investigados, pero el archivo de la causa "ha puesto las cosas en su sitio".
"El resultado final ha sido el que tenía que ser", respondió ayer Navarro a este diario al ser preguntado sobre el sobreseimiento provisional de la pieza separada del "caso Mercurio", la presunta red de corrupción radicada en Sabadell en la etapa del exalcalde Manuel Bustos. "Aunque la gente que me conoce sabe cuál es mi talante y sabía que estas sospechas no tenían ninguna credibilidad, el archivo de la causa ha puesto las cosas en su sitio", recalca, al tiempo que dice que el fin de las investigaciones le permitirá "vivir más tranquilo y feliz".
Quien fuera líder de los socialistas catalanes entre diciembre de 2011 y junio de 2014 lamenta que "hay gente que, a pesar de la distancia entre los distintos casos de corrupción, relaciona unos con otros" y que por el hecho de estar siendo investigado "parece que ya eres un delincuente". A partir de ahora, comenta, podrá olvidarse de "una pesadilla que ha durado un año y medio".
La jueza Beatriz Faura decidió imputar a Navarro tras la petición de la acusación popular en el "caso Mercurio", la Plataforma Sabadell Lliure de Corrupció, por un presunto delito de tráfico de influencias.
No hay indicios
En el auto señala que no hay indicios de responsabilidad penal en la actuación de Navarro ni en la del concejal socialista en Barcelona, Jaume Collboni, imputado en la misma separata. En su momento, la juez abrió diligencias a raíz de unas conversaciones interceptadas a Manuel Bustos, exalcalde de Sabadell, en las que habría pedido a Collboni y Navarro (cuando era primer secretario del PSC) que intercedieran ante el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) para que concediesen una licencia de televisión a su amigo Nicola Pedrazzoli, dueño de Canal Català.
La resolución judicial resalta que "sólo se ha acreditado que los investigados se informaron del tema", pero no que existiese "connotación de presión o influencia a terceros".
Navarro está ahora alejado de la primera línea política. Junto a figuras de otros partidos catalanes impulsa la plataforma Portes Obertes del Catalanisme, un "nuevo espacio social de convivencia" que apuesta por la vía negociada para solucionar el conflicto catalán.