Terrassa

Detenida una joven acusada de captar a otras para el terrorismo

Ya la habían vigilado antes, cuando apenas contaba 17 años, en otra investigación contra el terrorismo islámico que se saldó con once detenidos en Terrassa y otras localidades, pero entonces no la detuvieron. Indagaron sobre ella por su relación con uno de los detenidos. Ayer sí, ayer los Mossos d’Esquadra arrestaron a la sospechosa, una joven de 19 años, vecina de Can Palet, de origen marroquí, a la que acusan de adoctrinar, radicalizar y captar para la causa yihadista a otras chicas.

Al margen de aquellas diligencias del 2015, una unidad de mossos especializada en lucha antiterrorista rastreaba los pasos digitales de la sospechosa desde la primavera del año pasado. Hacía diez meses que iniciaron, pues, la investigación al detectar la información publicada en internet por una usuaria. Según la policía, los mensajes eran de contenido radical "y relacionados con el yihadismo". Y su difusión, en redes sociales y otros canales digitales, se orientaba "a la radicalización y captación de mujeres jóvenes", a ensalzar el papel femenino en la yihad en una serie de mensajes idealizadores.

Un ejemplo, según los investigadores: algunas comunicaciones subrayaban la importancia de tener hijos para que pasasen a engrosar las filas del yihadismo y otras exaltaban a las mujeres que ya formaban parte de organizaciones terroristas. Fuentes próximas a las pesquisas indicaron que la imputada incitaba a chicas a incorporarse al grupo Estado Islámico.

Hace meses que la policía maneja información sobre el rol cada vez más relevante de mujeres en las redes del terrorismo islamista. Parte de las indagaciones se centraron en Terrassa, en una investigación tutelada por el juzgado central de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional que ayer quedó coronada por un operativo policial que principió sigiloso pero poco a poco, como no podía ser menos, pasó a concitar la atención de decenas de vecinos y transeúntes.

El operativo se ejecutó en la calle de Colom, en el número 228 bis, un bloque de cinco plantas, más los bajos, con ocho viviendas. El edificio está situado a unos quince metros de la confluencia de la calle de Colom con la de la Agricultura.

Hervidero
La esquina se convirtió pronto en un hervidero de comentarios. Nadie de los presentes parecía conocer a la chica ni sospechaba que desde el tercer piso del número 228 bis se pudiese estar cometiendo captación terrorista. "Esto es como una película", comentaba una vecina. "Lo ves por la tele y no te crees que pueda pasar en tu barrio", aseveraba sorprendida. La réplica se la daba otro curioso: "Si es que pueden estar en cualquier sitio".

Según explicó la trabajadora de unos de los comercios de la zona, a las nueve y cuarto de la mañana se topó con todo el operativo. Cuando se disponía a atravesar la calle para tomar un café antes de iniciar su jornada, cuatro furgones de los Mossos d’Esquadra y una ambulancia se cruzaron en su camino. Rápido y con mucho sigilo, relató, agentes de la Brigada Mòbil se bajaron de los vehículos y entraron en el edificio, donde conviven ciudadanos de distintos orígenes. La discreción con la que se llevó a cabo el operativo provocó que ni los propietarios del frankfurt situado en la esquina de enfrente se enterasen del desembarco de la policía hasta que los vecinos les advirtieron de que algo pasaba. Los mossos acordonaron un pequeño perímetro que incluía la firma de construcción situada junto al bloque de pisos. Durante la mañana la empresa trabajó a medio gas y con la persiana entornada.

A medida que avanzaba la mañana el barrio se llenó de curiosos, atraídos por la presencia policial y de un gran número de medios de comunicación. El interés fue decreciendo ante la larga espera, aunque muchos fueron los que retrasaron sus quehaceres por estar pendientes del suceso del día en la prensa y de la noticia más impactante en años en el barrio.

"Me parecía estar viendo la tele, uno de esos programas de seguimiento de acciones de la policía, cuando he visto a agentes encapuchados y armados. Entraban y salían del bloque", dijo una testigo. Las dotaciones policiales, tanto de patrulla como camufladas, no llegaron a cortar el tráfico en la calle de Colom ni en la de la Agricultura, salvo en el momento de trasladar a la detenida. Llegaron al edificio a las nueve de la mañana y no se marcharon hasta las dos de la tarde, luego de cinco horas de registro del piso donde moraba la joven investigada. Oculto el rostro tras un velo verde, la muchacha, maniatada, fue conducida a un coche patrulla. Varios testigos, finiquitada la operación, rompieron a aplaudir y algunos gritaron entusiásticos vítores a la policía.

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