Terrassa

Ligero incremento del número de espectadores del Festival

Una de las ediciones más completas y atractivas del Festival de Jazz Terrassa bajó el domingo la persiana con la entrega del premio "Jazzterrasman 2017" a Pau Casares. De este modo, han quedado atrás "diecinueve días de música, cine, arte, pedagogía y gastronomía", tal como recuerdan los organizadores del festival, que han dotado de contenido a una variada programación artística.

La oferta ha incluido cerca de medio centenar de actividades entre el pasado 15 de marzo y el domingo 2 de abril, "con una participación consolidada y un repunte al alza de la asistencia", especialmente en lo que se refiere a los conciertos de pago. En total la asistencia aproximada ha sido de 47 mil espectadores, una cifra que "consolida al festival como una de las citas más destacadas del ámbito jazzístico" en tierras catalanas. La media de espectadores, en los trece conciertos estelares celebrados en la sala del pasaje Tete Montoliu y en el Centre Cultural, ha sido de doscientos espectadores.

La más concurrida
Entre estas actuaciones, destaca la del "bluesman" Popa Chubby como la más concurrida. Además de tratarse de una sesión de público sin asiento (por lo que el aforo era mayor), el músico agotó las entradas. En el ránking de conciertos más concurridos le siguen los de Joe Lovano Classic Quartet, Tom Harrell Trip, Shakin All’ (la única sesión golfa celebrada este año), Pau Casares Reunion (concierto de clausura con entrega de "Jazzterrasman"), Antonio Serrano + Ignasi Terraza Trio & Luigi Grasso, o el JazzJove Non Stop (con un claro incremento de público con respecto a otras ediciones.) Además, las "jam sessions " han aumentado de modo significativo su concurrencia, aunque de manera más evidente aquella protagonizada por Jazzspirit & Josep M. Farràs en recuerdo a Lluís Subirana.

Pero a pesar de ese "repunte general al alza, hemos estado muy en la línea del año pasado; no es para tirar cohetes", reconoce Susanna Carmona, portavoz del festival, aunque este dato sí permita hablar de "satisfacción" a la organización.

Hay que matizar también que las actividades gratuitas, que han obtenido unas asistencias de más de 43 mil personas, son unas cifras algo volátiles ya que no sólo dependen de los atractivos del programa, sino de la climatología. En este sentido, hay que destacar que ha habido buen tiempo en casi todas las actividades celebradas al aire libre, a excepción de la del pasado sábado, en el concierto de Soul Beams en la Plaça Vella. Ese concierto estuvo a punto de ser suspendido por la lluvia, pero finalmente se pudo celebrar (pese a tener que retrasar su inicio media hora.)

También cayó la lluvia justo antes y durante el inicio del concierto con el que se dio por clausurado el festival. Como suele ser habitual, el acto fue especialmente concurrid y en parte emotivo, con el recuerdo en primer lugar del periplo que ha unido a Pau Casares (saxo tenor y clarinete) con la gente de Club de Jazz Terrassa.

Valentí Grau valoró en el parlamento inicial cómo los quince "Jazzterrasman" escogidos hasta la fecha han tenido siempre una importante vinculación con la actividad jazzística en Terrassa, distinguiendo entre dos tipos de artistas: "están los músicos y están los ‘jazz mans’, que siguen la vida del jazz, y ese es el caso de Casares, un gran amigo y una gran persona." Destacó Grau su "historia totalmente plena y muy apasionada, con muchísimos proyectos", empezando por su implicación en un proyecto como Terrassa Dixieland Jazz Sextet, que compartió con músicos como Joan Massats, Josep M. Farràs, Adrià Font o Lluís Rambla. Desde entonces ha estado al menos 130 veces ofeciendo conciertos de jazz en Terrassa, y en ese tiempo, han nacido Joan y Lluc, sus hijos, que han seguido su estela y despuntan entre una nueva generación de "jazzistas."

Tras la entrega de la escultura confeccionada por Sílvia Segura que le acredita como "Jazzterrasman", de manos de Cesc Soriano (miembro de la junta de la entidad organizadora del festival), habló el propio Pau Casares admitiendo que le quedaba poco por decir, pero asegurando que "este especial reconocimiento me viene un poco grande, y quisiera hacerlo recíproco." Recordó que "iba aún en pantalones cortos" cuando se acercó a la Jazz Cava las primeras veces, consiguiendo que le abrieran las puertas para tocar con músicos egarenses o escuchar a grandes figuras como Joe Henderson o Johnny Griffin. En aquellos años "la Jazz Cava era una fiesta y, cada vez que toco, intento que siga siendo esa misma fiesta", confesó.

En el concierto del domingo, el músico mostró tres de sus múltiples facetas: el conjunto de jazz tradicional de los tiempos de la Jazz Cava (que además de los citados incorporó a Gerard Nieto y Artur Regada); el grupo que tiene con sus hijos Joan y Lluc; y la Vella Dixieland. Todos los presentes se unieron en un fin de fiesta final. Pau Casares recibió además una caricatura de manos de Don Edi, quien además anunció que regalará a la organización caricaturas de todos los "Jazzterrasman" escogidos hasta la fecha, además de los futuros. El concierto fue grabado por la Xarxa de Televisions Locals y por Televisión Española.

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