La industria será el foco de atención de ERC en el pleno municipal de este jueves. La formación ha presentado una propuesta de resolución pensada para exprimir al máximo el potencial que puede ofrecer la industria 4.0 al tejido productivo y al mercado laboral de la ciudad, previo análisis de cuales son sus riesgos y oportunidades.
La industria 4.0, también llamada cuarta revolución industrial, va más allá del uso de las nuevas tecnologías en las empresas. Este concepto tiene que ver con la transformación de la producción a raíz de la aplicación de la tecnología. Se habla ya de fábricas inteligentes o de fabricación robotizada y sensorizada capaz de adaptarse inmediatamente a la demanda. Estos procesos son ya una realidad y no afectarán sólo a las grandes corporaciones, sino "al 100% de la industria", afirmó ayer el líder de ERC, Isaac Albert.
El republicano no obvió que esta realidad "genera oportunidades, pero también amenazas". Entre estas últimas, algunas de gran calado en el mercado laboral. Un informe de la Universidad de Oxford, recordó Albert, afirma que en 20 años cerca de 700 profesiones actuales serán sustituidas por robots.
Pero las ventajas también son evidentes. Por ejemplo, señaló, la aplicación de la tecnología abre la puerta a reindustrializar el entorno, al retorno de la industria no invasiva al interior de las ciudades o al aumento de la demanda de mano de obra cualificada. En definitiva, apuntó el edil, "la cuarta revolución industrial es un reto tan importante que la Administración no puede darle la espalda".
Un diagnóstico
Los republicanos proponen realizar durante este año, con el apoyo de los agentes industriales, un diagnóstico global del grado de penetración de la industria 4.0 en el tejido productivo de Terrassa. Además, creen que podría complementarse este análisis con una propuesta de transformación 4.0 de las empresas, las infraestructuras públicas de apoyo empresarial y los recursos de formación para la población activa.
Albert recordó ayer la necesidad de actuar en un sector como la industria que, aunque "ha perdido peso" en los últimos años, continua siendo "estratégico" para la ciudad. Entre el último trimestre de 2008 y el último de 2016, el tejido productivo de Terrassa ha perdido 911 centros de trabajo, 9.339 empleos asalariados y 1.173 empleos autónomos. A pesar del proceso de terciarización de la economía local, en este momento, el 15% de los centros de trabajo se enmarcan en el sector industrial, que da trabajo al 18% de los asalariados y al10% de los autónomos.