El partido entre el Terrassa FC y la UE Olot tuvo muchas lecturas deportivas: los egarenses cuajaron uno de sus mejores encuentros de la temporada, se reencontraron con el triunfo, vuelven a aspirar a la promoción de ascenso y acabó con una impresionante racha de 21 jornadas consecutivas sin perder del Olot, líder del campeonato y gran favorito al título. Pero lejos del terreno de juego, el entrenador visitante, Ramon Maria Calderé, alimentó la polémica al acusar al defensa local Pablo Amantini de un comportamiento antideportivo. Habló, incluso, de violencia en algunas de sus acciones. Amantini había estado a las órdenes de Calderé hace unas temporadas en las filas del Badalona del mismo modo que el entrenador terrassista, Agustín Vacas.
“Lo que tenga que decir se lo diré a la cara. No me gusta contestar a una persona a través de los medios de comunicación o de las redes sociales”, ha manifestado el jugador terrassista en relación a las palabras de Calderé. Lo que sí queda claro es que ninguno de los dos se profesa simpatía. “No tengo ninguna relación con él. Es más, ni me saluda cuando coincidimos”, explica el futbolista del Terrassa. “Es una persona a la que le gustan estos espectáculos.”
Amantini añade que situaciones como la producida el domingo “me hacen reir” y admite que le sorprendió la reacción de Calderé en la rueda de prensa posterior al partido. “En un terreno de juego cada uno defiende lo suyo. Pero yo, cuando pierdo un partido, lo que no hago es buscar excusas.”
Si Calderé acusó a Amantini de un comportamiento antideportivo y de una falta en el primer gol del Terrassa, materializado por Marc de Val, el defensa argentino señala al técnico visitante como el instigador de una serie de provocaciones que se produjeron hacia su persona durante el encuentro. “Es un tipo listo y mandó a sus jugadores a que se enganchasen conmigo, a provocarme con el fin de provocar mi expulsión. Pero ya tengo experiencia en estas situaciones y no caigo en determinadas trampas. Salieron a provocarme y, en cambio, yo no salí a explicarlo después a los medios de comunicación. Todo eso son cosas que suceden en un partido y lo que no se puede hacer es ir llorando después. En el fútbol, lo que pasa en el terreno de juego se queda ahí.”
Un punto de inflexión
Por encima de esa polémica, Amantini se queda con los tres puntos conseguidos ante el líder y que sitúan al Terrassa en una posición favorable para asaltar las posiciones de promoción. “Estoy muy feliz por esa victoria. Necesitábamos un partido así porque nos refuerza moralmente de cara al tramo final del campeonato.” Amantini señala que ahora “dependemos de nosotros” y considera que el equipo “ha demostrado que es capaz de aspirar a todo si jugamos siempre del mismo modo. Hay muchas cosas que influyen en un equipo durante una temporada, pero entiendo que el domingo mucha gente se liberó de todo ello. Espero que sea un punto de inflexión de cara a este final”.
Amantini no tiene ninguna duda en relación a las responsabilidades si el Terrassa no consigue clasificarse entre los cuatro primeros. “Si no nos clasificamos será por culpa nuestra”.
