La ejecutiva local del PSC decidió el martes de forma unánime descartar un cambio de gobierno que suponga la salida del PDeCAT (antigua CiU) y la entrada de TeC, dando así carpetazo al ofrecimiento de estabilidad hecho público por los comunes hace dos meses.
La reunión de este martes por la noche de la ejecutiva del PSC egarense ha supuesto el cierre de un episodio político abierto a principios de diciembre, cuando trascendió que se habían producido reuniones informales entre socialistas y comunes para explorar la posibilidad de un pacto de gobierno. Conversaciones que la formación de la confluencia dotó de mayor relevancia al ofrecerse públicamente para dar estabilidad al PSC si este rompía su pacto con TeC. A pesar de que el alcalde, Jordi Ballart, descartó inicialmente tal escenario, el partido, dijo él, tenía la última palabra.
La formación ha sido “unánime”, explicó ayer Ballart, primer secretario del PSC: “No hay ningún argumento para romper el acuerdo de gobierno con el PDeCAT”, afirma. No es un cierre de puertas definitivo, prosigue, porque “la política es muy volátil”, pero “hoy por hoy no hay ninguna razón” para el cambio. Si, por ejemplo, el polémico asunto del agua derivase en posturas discrepantes entre socialistas y soberanistas en cuanto al modelo de gestión, Ballart admite que “sería complicado” mantener el pacto, aunque matiza que habría que “valorar el nuevo escenario” ya que la municipalización del agua “es un asunto de ciudad” que “hoy ya cuenta con una mayoría política fuerte” a su favor.
La idea del PSC, comenta el primer edil, es trabajar como hasta ahora, tejiendo acuerdos “puntuales” con otras formaciones, “prioritariamente con TeC”, que han permitido sacar adelante por amplia mayoría temas como las ordenanzas fiscales o los presupuestos.
La reunión de la ejecutiva también sirvió para hacer balance de estos 550 días del pacto de gobierno con los tres ediles del PDeCAT, una alianza “sólida y positiva” para la ciudad. Los socialistas consideran que está siendo un acuerdo “efectivo para garantizar un gobierno eficaz y cohesionado, absolutamente centrado en la defensa de los intereses de Terrassa”. La ejecutiva resalta que a pesar de las discrepancias de fondo sobre la relación entre Catalunya y España, “han funcionado los mecanismos” para “preservar” los intereses de la ciudad.
Después de estos dos meses de silencio, TeC mantiene sus condiciones para entrar en un hipotético gobierno local que permita “aplicar un proyecto diferente que aborde los retos urgentes que tiene la ciudad y que hoy por hoy no se afrontan por falta de capacidad y de voluntad debido al propio pacto de gobierno con el PDeCAT”, sostiene Xavier Matilla.
“Nada ha cambiado”, añade el portavoz de los comunes. Ni el contexto ni las necesidades de Terrassa son distintas ahora que hace dos meses, por lo que sigue pensando que “hay otra posibilidad mejor para la ciudad”.