La zona de Can Montllor, justo en los aledaños del polígono industrial de Can Petit, se ha convertido en un verdadero vertedero ilegal, con varios focos en los que se puede encontrar absolutamente de todo. Esta zona, poco a poco, ha empezado a almacenar una variedad inaudita de escombros. Primero empezaron siendo botellas, latas, algunos plásticos o papeles. Con el paso del tiempo este espacio de suciedad ha ido creciendo con todo tipo de vertidos incontrolados. Se ha transformado hasta alcanzar la condición de auténtico basurero en el que parece que se puede arrojar cualquier objeto al que se dé por finiquitado su uso, independientemente de las consecuencias que significa tomar este tipo de decisiones incívicas.
La situación es absolutamente reprobable y no existe justificación alguna. El área de Can Montllor está situada en un enclave próximo a una de las grandes áreas verdes de la ciudad, Mossèn Homs, un espacio al que acuden muchos terrassenses y que la mayoría de veces antes de llegar al mismo pueden observar este vertedero. Además se le añade el hecho de que esta área es una de las entradas de Terrassa, en concreto a través de la carretera de Castellar. Si a que desde hace años se mantienen fuertes y justificadas críticas por el escaso atractivo que ofrece la ciudad en sus diferentes puntos de acceso se le une además la proximidad de vertederos ilegales, la combinación es terrible.
Es evidente que se debe actuar y que durante este verano sería preciso destinar recursos para poder eliminar estos vertederos. La imagen de los vertidos nos retrotrae a unas épocas que considerábamos superadas, pero por desgracia y con tristeza hay que afirmar que no es así. Mientras se realizan grandes campañas y se centran esfuerzos en la necesidad de que todos y cada uno reciclemos y se ayude al medio ambiente en general, por contra, se suceden hechos como éstos: sacarnos de encima cualquier cosa para dejarla directamente en un espacio abierto.
Cuando se producen acciones de este tipo es lógico que nos asalten las dudas sobre la formación que hemos recibido. Una persona con un mínimo de educación y sobre todo con un nivel suficiente de civismo sería incapaz de protagonizar algo así. Quizás es preciso volver a recordar que hay algunas cosas que no se pueden hacer y que son comportamientos del pasado. Son situaciones que por desgracia creíamos tener superadas pero que no es así. Terrible para una sociedad como la nuestra.