El proceso participativo previsto para dar la palabra a los egarenses sobre el modelo de gestión que desean para el futuro del servicio del agua está, ahora más que nunca, en el aire.
No hay ninguna certeza sobre si, finalmente, acabará celebrándose. Los cuatro grupos de izquierdas que comparecieron ayer insistieron en que el hecho de que haya una amplia mayoría en el pleno a favor de municipalizar el servicio no invalida la celebración de una consulta ciudadana. Una consulta que, en cualquier caso, no será tal consulta, por estar suspendida la Llei de Consultes, sino "proceso deliberativo para conocer la opinión de la ciudadanía".
El alcalde, Jordi Ballart, explicó que la decisión sobre los pasos a seguir en la vertiente participativa la tomará el consejo editorial, que se reunirá el martes. Este órgano está formado por los grupos municipales, técnicos y entidades que promueven el debate sobre el agua.
Ballart remarcó que los partidos están "comprometidos" a celebrar tal proceso participativo siempre que se haga "con las máximas garantías democráticas". El temor es que pueda romperse el equilibrio que debería haber entre las distintas opciones: a favor de la gestión pública, privada o mixta.