El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha subrayado que tiene “clarísimo” cuál es su rol y que está en el Palau de la Generalitat, al que llegó de forma inesperada, para hacer un “trabajo irrepetible” que “no tiene continuidad” porque la próxima legislatura “pedirá nuevos perfiles”.
Esta es una de las reflexiones que el exalcalde de Girona traslada al periodista Josep Riera Font en el libro “Em dic Carles. De què està fet el president” (Me llamo Carles. De qué está hecho el president), de la editorial Ara Llibres.
A lo largo de 153 páginas, Riera dibuja un retrato del presidente catalán, con quien conversó para la elaboración del libro en el Palau de la Generalitat en un reencuentro de dos personas que compartieron clases de instituto y redacción en el diario El Punt.
Además del perfil político, no faltan en el libro referencias personales sobre su familia, su nacimiento en Amer (Girona) en diciembre de 1962 -pocos días antes de que se derrumbara una casa vecina y falleciera una familia entera- u otros episodios claves de su vida, como el accidente de tráfico que sufrió en 1983 al impactar con un camión, cuyo conductor se dio a la fuga.
En clave política, Puigdemont confiesa en el libro que “no tenía derecho a no aceptar” la propuesta del expresident Artur Mas para tomar su relevo, porque las circunstancias eran “excepcionales”, pero es consciente de que es una atribución temporal.
“He venido para hacer el trabajo. Un trabajo irrepetible, que no tiene continuidad. La próxima legislatura, felizmente, no debe tener nada que ver con esta, ya que será una legislatura nueva que pedirá nuevos perfiles”, destaca.
“Yo tengo clarísimo cuál es mi rol aquí y cuál no es mi rol a partir de aquel momento” en el que se inicie “una nueva etapa del país”, apostilla Puigdemont, en alusión a la independencia.
El presidente catalán también desconfía de que el rey Felipe VI pueda favorecer una solución pactada ante el proceso soberanista, porque cree que el monarca está “un poco atrapado en su rol”.
“Evidentemente, no esperamos que el Rey se posicione a favor de nada. Pero una exquisita neutralidad habría sido deseable. Y no la ha tenido”, zanja.
El presidente catalán plantea el proceso soberanista “en términos de legalidad” y asegura que la presente legislatura no tendrá ni “un solo minuto de vacío legal”.
El libro también repasa el momento del ingreso de un joven Puigdemont ya independentista en una CDC que aún no lo era y su simpatía por algunos postulados del PSC en los años ochenta, aunque entonces el presidente catalán se negó a estar en un partido que tuviera “vínculos de dependencia” con una formación de ámbito estatal como el PSOE.