Opinió

Un gran mosaico de culturas

El amplio reportaje que hoy dedicamos a la campaña municipal del Día Internacional de la Mujer aporta, entre otros muchos datos y valiosas impresiones de conciudadanas egarenses venidas de fuera, la constatación de que Terrassa constituye un gran mosaico de culturas. Así, el anuario estadístico municipal correspondiente al año 2015 revela que esta ciudad cuenta con 215.143 habitantes pertenecientes a más de 132 nacionalidades. De este modo, la diversidad, tanto lingüística como cultural, supone un aspecto ciertamente relevante en la vida cotidiana terrassense. El colectivo extranjero llega a situarse en más de veinticinco mil personas en Terrassa, una cifra a tener muy en cuenta.

En no pocas ocasiones se hacen llamadas públicas a la integración y a la solidaridad, pero estos objetivos pueden parecer a priori como algo más bien lejano, reservado para países remotos. Sin embargo, el hecho de que una ciudad con el potencial industrial, económico y social de Terrassa albergue a personas de decenas y decenas de nacionalidades diferentes debe hacernos reflexionar sobre que los ideales de fraternidad y apoyo se pueden empezar a practicar y mantener aquí y ahora mismo, en aras de lograr que Terrassa sea una ciudad plenamente abierta y acogedora.

No obstante, más allá de las meras intenciones, no todo es tan sencillo, obviamente. El mismo reportaje nos plantea y nos acerca hasta las dificultades que encontraron en su momento diversas mujeres inmigrantes que han luchado y siguen luchando con denuedo por abrirse un camino de futuro. En este sentido, los problemas de adaptación combinados con la crisis económica no se lo han puesto nada fácil, si bien las llamadas a mantener una actitud inquieta y no dejar de lado jamás las opciones de formarse que rezuman las entrevistas a estas inmigrantes resultan muy estimulantes.

Para algunas, sin embargo, el camino es de ida y vuelta, ya que la añoranza del país natal y la familia que allí quedó siguen siendo un sentimiento muy fuerte y, también, muy respetable. La vida es y debe ser un compendio de oportunidades que no siempre se hallan en el lugar de nacimiento. Al fin y al cabo, en buena parte, la historia de la Humanidad es la crónica de la emigración, de la búsqueda de un mejor porvenir. Y Terrassa sabe mucho de todo ello.

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