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El silencio o las revelaciones de Miguel Tejeiro marcarán el juicio de Nóos

El juicio del caso Nóos se retomará el martes con la incógnita de si el asesor fiscal de Iñaki Urdangarin, Miguel Tejeiro, guardará silencio sobre temas clave obligado por el secreto profesional o hará revelaciones determinantes para el devenir del proceso, como esperan las acusaciones.
El pasado viernes se produjo un punto de inflexión en la vista por el debate entre la defensa de Diego Torres, socio de Urdangarin, y las acusaciones sobre si Tejeiro está obligado a callar porque asesoró a los socios de Nóos como abogado o si, por el contrario, tiene el deber de testificar todo lo que sabe respecto a los delitos que se les atribuyen.
Ambas partes se acusaron de coaccionar a un testigo que, como demostró lo enconado de la disputa, resulta importante para la Fiscalía y Manos Limpias (que le retiró su acusación al inicio del proceso) y una amenaza para las defensas del marido de la infanta Cristina y su socio.
La polémica había empezado en la tarde del jueves, cuando el abogado de Torres, Manuel González Peeters, invocó el deber de sigilo profesional del testigo y amenazó con pedir la nulidad de su declaración.
Tras un parón para deliberar, la presidenta del tribunal, Samantha Romero, indicó al testigo que podía declarar sobre asuntos patrimoniales pero no sobre cuestiones personales de los acusados, lo que dejó a Tejeiro con muchas dudas y le abocó a una declaración accidentada.
Al día siguiente, el antiguo asesor fiscal y secretario del Instituto Nóos pidió más aclaraciones para evitar querellas o la nulidad de su testimonio, las partes expusieron sus divergencias y las juezas se retiraron a deliberar durante cuatro horas. Resolvieron que el testigo continúe el martes con la obligación de declarar sobre cuestiones patrimoniales.
El alcance que, a juicio de Tejeiro y del abogado que le asesora, tengan los límites entre lo patrimonial y lo personal respecto a lo que él sabe de Urdangarin y Torres condicionará el curso del juicio.
En las primeras horas de su declaración ante el tribunal, el asesor fiscal declaró que el Instituto Nóos funcionaba como una entidad con ánimo de lucro y no como la asociación de profesionales que describieron en su declaración sus fundadores.
Aseguró que las decisiones de gestión y fiscales de las distintas sociedades vinculadas con Nóos las adoptaron “los dueños siempre” y no él, como también habían apuntado ambos.
Explicó la cuantiosa facturación cruzada entre las sociedades de Nóos como el método para “cuadrar el reparto al 50 %” de los ingresos entre Urdangarin y Torres.
Sobre la aplicación del mecanismo de amortización de activos que les obligaba a tener un mínimo de trabajadores en las empresas del grupo Nóos y que supuestamente derivó en contratos ficticios y en constante movilidad de empleados, Tejeiro ha recalcado que las sociedades de Torres lo aplicaban desde los 90, antes de que él le asesorara.
El exsecretario de Nóos, que se convirtió en asesor de Urdangarin a partir de 2003 y de su cuñado desde septiembre de 2005, dijo que él continuó con “la dinámica” que ambos llevaban antes de que empezara a llevar sus asuntos tributarios.
Explicó al tribunal que tramitó la adquisición de empresas en el extranjero por encargo de Urdangarin y Torres para tributar menos en los pagos a sus clientes fuera de España.
El testigo negó de forma tajante que la Casa Real supervisará las cuentas y la tributación de Nóos, sus socios y las empresas del grupo, como habían declarado los dos acusados principales.
La anómala última jornada del juicio agravó el retraso ya acumulado en la declaración de testigos programada inicialmente y obligó al tribunal a hacer un nuevo calendario que comunicará mañana.
Lo único seguro es que desde las 09.15 horas del martes continuará, con mayor o menor contenido, la declaración de Tejeiro.

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