El desplome del crudo, con el Brent por debajo de los 30 dólares en niveles de hace 12 años, presiona a las petroleras a revisar sus planes y hacer frente a una coyuntura complicada con recetas similares: menos inversiones, ahorros de costes, ventas de activos o recortes de empleo.
El gigante BP arrancó esta semana con el anuncio del recorte de 4.000 empleos para hacer frente a la caída del precio del petróleo, que el viernes rompió la barrera de los 30 dólares por primera vez desde marzo de 2004.
“La situación del crudo es muy complicada, no se ve el suelo en su cotización y las petroleras afrontan una coyuntura difícil con unos precios del barril por debajo de los costes de extracción en muchos casos”, apunta Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB.
Esta situación, añade, coloca al sector ante un escenario de ajustes y también de consolidación: “Hay empresas, como las especializadas en fracking, que tendrán que fusionarse o desaparecerán y eso también puede ocurrirle a petroleras de tamaño medio”.
Por el momento, los gigantes del crudo se aprietan el cinturón y revisan sus planes.
El mismo día del anuncio de BP, la brasileña Petrobras, que hizo su plan de negocios 2015-2019 con la previsión de que el precio del promedio del petróleo Brent estaría en 60 dólares el barril en 2015 y 70 dólares en 2016, comunicó una reducción del 24,6 % en sus inversiones hasta 2019 y una revisión de sus metas de producción.
Junto a esto, subrayó que mantiene su objetivo de realizar desinversiones de hasta 15.100 millones de dólares en el bienio 2015-2016.
La angloholandesa Royal Dutch Shell anunció a mediados de 2015 un recorte de 7.500 empleos, a los que sumaría 2.800 adicionales tras la fusión con BG, si bien su director ejecutivo, Ben var Beurden, se mostraba esta semana optimista respecto a la recuperación de la demanda a largo plazo.
Desde Chevron también han asegurado a Efe que en el actual contexto de caída de los precios, la petrolera californiana continúa tomando medidas para reducir los costes internos en diferentes sectores de la compañía.
Entre otras medidas, Chevron se ha visto obligada a reducir el nivel de sus inversiones, introducir cambios en algunas de sus carteras de negocio y poner en marcha auditorías para revisar la eficiencia de sus unidades.
“Hay preocupación en el mercado y se esperan medidas adicionales a los planes anunciados”, subraya desde SelfBank la analista Victoria Torre, que cree que Repsol será una de las que tenga que intensificar su plan de negocio, presentado el pasado mes de octubre con un escenario ácido -el más adverso- de 50 dólares el barril de brent para el periodo 2016-2020.
“Tendrá que intensificar sinergias, ahorros de costes y desinversiones (…) no se ve un repunte del crudo a corto plazo”, subraya Torre.
Desde Repsol, cuyo plan es vender activos por 6.200 millones de euros, recortar las inversiones y ahorrar costes, dicen que se sigue trabajando con intensidad.
Desde Total recordaron a Efe que el precio del petróleo comenzó a bajar en 2014, que fue entonces cuando comenzó su programa de ajustes y que está preparada para hacer frente a los altibajos del crudo.
En 2014, su plan de ahorro giró en torno a tres ejes: una bajada de inversiones en futuros proyectos, una bajada del presupuesto de exploración y un ahorro en los costes operativos.
El empleo, dicen, no es un factor de ajuste, aunque en 2015 hubo una congelación en las contrataciones y se apostó por contratos solo en caso de “grandes prioridades” o de urgencia.
Desde Rusia, el presidente de Lukoil, Vaguit Alekpérov, ha asegurado esta semana que la compañía, la mayor petrolera privada de Rusia, prosiguió el año pasado su desarrollo estable y se mostró confiado en 2016.
“Confío en que 2016 será igual de productivo”, dijo el presidente de Lukoil, que este año celebra el vigesimoquinto aniversario de su fundación.
La gasística Gazprom ha anunciado planes para optimizar gastos en 2016 con el objetivo de ahorrar 15.300 millones de rublos (200 millones de dólares).
En cuanto a Rosneft, el portavoz Alexandr Teréntiev señaló a Efe que “independientemente de la coyuntura, la compañía reduce permanentemente sus gastos y desarrolla un programa para elevar la eficiencia” y adapta sus inversiones a la situación el mercado.
No obstante, los planes de Rosneft incluyen el aumento de inversiones para incrementar el desarrollo de los yacimientos en Siberia Oriental, que garanticen el necesario nivel de rentabilidad “con macroparámetros conservadores”.