En su primer acto oficial desde que tomara posesión esta semana, el nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado hoy que el proceso independentista catalán busca “llegar lejos” para crear más “riqueza social, humana, económica y cultural”, pero ha rechazado un “choque” de trenes.
El mismo día en que se ha anunciado la dimisión del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, uno de los dirigentes que más ha abogado por el pacto con el Gobierno como solución a la cuestión catalana, Puigdemont ha aludido a un posible enfrentamiento con el Estado si el proceso independentista sigue avanzando.
Lo ha hecho usando una de las metáforas más recurrentes en el debate soberanista, el llamado “choque de trenes”, aprovechando su presencia en el acto de llegada del nuevo tren de la línea Lleida-La Pobla de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC).
“Nosotros ponemos trenes en la vía, no para que choquen, sino para que vayan lejos, para que lleven personas y contribuyan a la riqueza social, humana, económica y cultural de este enorme, diverso y fantástico país que es Cataluña”, ha dicho Puigdemont.
Después de que una grúa descargara sobre la vía una nueva locomotora, el president ha considerado que es un “hecho comprobable y comparable” que el Govern “gestiona mejor” la movilidad.
“A diferencia de aquella frase de (el escritor) Joan Fuster que dice que la política o la haces o te la hacen, a diferencia de eso justamente, en nuestro país sabemos perfectamente que, en el caso de las infraestructuras, o las hacemos o no nos las hacen”, ha dicho.
Menos diplomático ha sido en cambio en su activa cuenta de Twitter, donde ha resaltado la efeméride hoy de los 300 años del Decreto de Nueva Planta con el que Felipe V abolió las instituciones catalanas: “Nos quisieron borrar como nación. No lo consiguieron. 300 años después queremos escribir un nuevo país. Lo conseguiremos”.
En ese rumbo hacia su objetivo independentista, el Govern defiende por otro lado que dispone de “competencias en materia exterior” y, por ello, tiene “toda la tranquilidad”, ha dicho la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, sobre el hecho de que el Gobierno estudie si la Consellería de Exteriores se ajusta a ley.
Por su parte, en su intervención en un consejo nacional de ERC en el que los dirigentes republicanos han firmado un código ético para un “país limpio”, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha abogado por que el “proceso constituyente” de esa eventual república catalana se haga con todos los ciudadanos y “sensibilidades”, “con los que son independentistas y los que no lo serán nunca”.
Pero la líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas, ha avisado de que “abandonar el camino del diálogo, la democracia y la legalidad es la antítesis de la estabilidad” que necesitan los catalanes.
Además, sobre el hecho de que el Govcern no tenga garantizado el apoyo de la CUP para aprobar los presupuestos, ha opinado que si Puigdemont “fuera responsable y actuara dentro de la ley no tendría esos problemas para recibir apoyos parlamentarios”.
El líder parlamentario del PPC, Xavier García Albiol, ha asegurado en una entrevista con Efe que estará encantado de poder reunirse con Puigdemont, pero ha dejado claro de que si pretende continuar con su “aventura rupturista”, la respuesta será un “no” y un “portazo” a sus pretensiones.
Albiol ha confesado en todo caso su “preocupación” ante la posibilidad de que Mas intente “teledirigir” a Puigdemont “como si fuera una marioneta”, por lo que le ha pedido que “reflexione” y abandone la ruta independentista, y en caso de hacerlo, incluso le ha tendido la mano a la posibilidad de negociar los presupuestos.
Por su parte, ICV ha convocado su asamblea para el 8 y 9 de abril con el reto de impulsar un proyecto de izquierdas “ganador y de gobierno” y definir su relación de confluencia con EUiA, Podem y Barcelona En Comú.
Y con la vista puesta en el Congreso, el secretario general de ICV, Josep Vendrell, ha dejado claro que En Comú tendrá “voz propia” porque “no les callarán”, mientras que Carme Chacón (PSC) ha pedido a Podemos que deje la “lucha de sillas y las divisiones internas” con sus confluencias, y “no bloquee” un acuerdo de Gobierno para las reformas necesarias.