La firma multinacional Serhs gestionará el servicio escolar de comedor en los centros públicos durante los próximos 4 años. El pleno aprobó el jueves por la noche la adjudicación del polémico contrato con los votos favorables del bipartito (PSC y CiU) y la abstención de Ciutadans, que se convirtió en el socio estratégico del ejecutivo en una suerte de tripartito frente a la oposición de izquierdas. La fórmula a tres permitió también al gobierno de Jordi Ballart sacar adelante el contrato de uso del Estadi Olímpic y tumbar dos mociones de la oposición recurriendo a la enmienda a la totalidad.
En el debate sobre el servicio de comedor escolar, gobierno y oposición mostraron posiciones irreconciliables. El portavoz gubernamental Alfredo Vega defendió que el concurso persigue “mantener un sistema solidario, en el que todos los niños de la ciudad coman al mismo precio y reciban el mismo servicio; mejorar la calidad y garantizar las condiciones laborales”. El concejal recordó que la junta de directores de centros, la comisión de comedores del Consell Escolar Municipal y los padres participaron en el diseño de ese modelo y rechazó que, en el concurso, se haya sobrevalorado la parte económica.
Desde la oposición Maria Sirvent, de la CUP, recordó que Serhs obtuvo la octava peor puntuación entre nueve candidatas en el apartado técnico y que la oferta de 500 becas comedor fue determinante para la adjudicación del servicio. “Es una oferta temeraria”, dijo, y recordó que Ramon Bagó, uno de los responsables del grupo Serhs, fue acusado por la Oficina Antifraude por contratar al holding cuando era vicepresidente del Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC).
“Un concurso no se puede resolver en base a si nos gusta o no un candidato -replicó Vega-. No nos gusta la empresa, pero decidir en base a ese criterio sería prevaricar”.
Reproches al gobierno
Desde la bancada derecha, Terrassa en Comú y ERC-MES reprocharon al gobierno que “se escude en temas técnicos y no entre al debate político. “Aquí no juzgados a una empresa -argumentó el republicano Isaac Albert-, estamos decidiendo cómo comerán los alumnos de Terrassa durante los próximos cuatro años”.
Xavier Matilla, portavoz de TeC, tachó la adjudicación a Serhs de “temeridad política” y recordó que en el concurso se deciden “la calidad de la comida y que en las dos horas de comedor los alumnos tengan un proyecto educativo”. Vega lo acusó de hacer demagogia, de utilizar “malas artes” para cuestionar la licitación y Matilla, visiblemente molesto, le retó a “debatir de política. No sea cínico e intente rebatir nuestros argumentos. No vale negarlos sistemáticamente y escudarse en alianzas”.
El debate lo zanjó el portavoz de Ciutadans, Javier González, que con la abstención de su grupo dio vía libre a la adjudicación del servicio de comedor escolar a Serhs. “No se ha puesto suficientemente el acento en la calidad del servicio -admitió-, pero no hay indicios racionales de irregularidad en el concurso y no compartimos el alarmismo de TeC, la CUP y ERC-MES. Se pueden hacer las cosas mejor, pero no vamos a poner el Ayuntamiento en un apuro por esto”.
El pleno de octubre brindó episodios de tensión política, pero también momentos para el consenso. Durante la sesión se aprobaron por unanimidad, aunque con algunas abstenciones a parte del articulado, la propuesta de la oposición de que el Ayuntamiento estudie operar con bancas éticas; también una moción de C’s que pide la gratuidad del teléfono 010 -el ejecutivo asegura tener un proyecto de modernización en marcha-, y reactivar la comisión intermunicipal Terrassa-Sant Quirce en les Fonts.
También salió adelante la propuesta de ERC-MES de actualizar el Pla Local d’Inclusió Social (PLIS) 2011-2015, redactado por el partido cuando estaba en el gobierno y aprobado hace dos mandatos, en el tramo final de la legislatura. Se trata de un ambicioso documento que redefine las políticas sociales, trasciende la dinámica asistencialista y apuesta por una intervención transversal, desde todas las áreas municipales. A pesar de ello, nunca se aplicó.
Hoja de ruta de políticas sociales
El concejal Noel Duque anunció la voluntad del gobierno de actualizar el PLIS y convertirlo en la hoja de ruta de las políticas sociales. De hecho, la moción se aprobó por unanimidad, pero ese consenso contrastó con el tono bronco de Duque con la oposición, a la que acusó de mentir y desacreditar la labor del ejecutivo mientras juega a tender la mano.
“Dicen que hay 1.500 niños sin beca comedor en Terrassa y es mentira. No hay ninguno”, dijo, y añadió en otro momento: “Fueron sus socios (en alusión a ICV) quienes metieron el PLIS en el cajón”. El político se despachó con con la oposición de izquierdas, a la que reprochó que “nos digáis vamos a trabajar juntos, pero después venís aquí al pleno a destruir. De hecho se os da muy bien destruir”.
Xavi Martínez, de TeC, respondió que cuando intervienen “no es contra nadie” y cuestionó veladamente que el bipartito tenga proyecto propio. Pidió a Duque que concretara “si el PLIS es lo mismo que pensaba hacer el gobierno y si no, ¿diga qué pensaba hacer?”.
La sesión plenaria culminó con la declaración de Terrassa como municipio opuesto al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión, el polémico TTIP. También con una oferta de “mano tendida” del alcalde a la oposición “en un pleno atípico”, admitió. El gesto llega a las puertas de los plenos de ordenanzas y presupuestos, a los que Ballart se enfrenta en minoría.w