Las pymes deben ganar tamaño para mejorar su competitividad en el entorno global. Asimismo, el mercado laboral requiere reducir la dualidad contractual (entre fijos y eventuales) y que descienda el nivel de precariedad. También urge que las empresas dispongan de un marco regulatorio de mayor calidad y de una política energética que les facilite precios más competitivos. Estas son algunas de las reformas pendientes, cuya ejecución ayudará a que el actual crecimiento económico se mantenga en el tiempo.
Así lo aseguró ayer Daniel Carrasco, director de España y zona euro del departamento de macroeconomía y entorno financiero de Banc Sabadell. Carrasco participó en una mesa redonda sobre las "Expectatives de la zona euro 2016" que organizó la Fundación Internacional Olof Palme y el Ayuntamiento de Terrassa en Qu4drant.0.
"Las empresas más grandes ganan en competitividad, en capital humano e invierten más en I+D. También exportan más", dijo Carrasco. Sin embargo, en España prevalecen algunas rigideces "jurídicas y laborales" que no facilitan el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas.
Tiempo y coste
También se requiere de un mejor marco regulatorio. "Ha mejorado el tiempo y el coste para la creación de empresas pero aún hay margen". España está, en este capítulo, por debajo de las economías desarrolladas. A nivel energético hay que poner punto y final a que las pymes tengan una factura energética de las más "elevadas" de la UE.
Durante el acto, que presentó Enric Vivó Pascual, secretario general de la citada fundación, también se dio a conocer el programa BStartup y el caso de éxito de la empresa Worldcoo. Cerró el acto Miquel Sàmper, teniente de alcalde de Desenvolupament. Carrasco aseguró que los indicadores adelantados apuntan a que España seguirá creciendo, entre un 2,5% y un 2,8% en 2016, un porcentaje algo inferior al de 2015 pero igualmente "saludable". En cualquier caso, será superior al de la zona euro, que acabará el año próximo entre el 1,6% y el 1,7% y una inflación reducida. El crecimiento español se fundamental en el aumento de la demanda interna, de las exportaciones y una política fiscal que "ya no castiga el crecimiento", además de una mejora de la financiación.