Una iniciativa en recuerdo a Roser López Monsò (Terrassa, 1973-2014), "una personalidad muy compleja -había muchas ‘Rosers’, la que recordamos todos y las que estaban detrás de cada una de sus actividades- no podía caer en sentimentalismos, ni traicionar su espíritu, ni manipularla, y mis compañeros ‘se n’han sortit’ muy bien de hacer una cosa viva, fresca, de cara al futuro, que sea un lugar de encuentro", dijo el jueves la directora del Centre de Documentació i Museu Tèxtil, Eulàlia Morral, en el acto de presentación del "Espai poètic" dedicado a esta polifacética creadora, antes de que su intervención fuera truncada por las lágrimas. Éstas también afloraron en las palabras de Teresa Casals, que habló del carácter metódico y la capacidad de trabajo de quién "llevaré siempre en mi corazón".
Un entusiasmo constante
Las emociones y los sentimientos eran lógicos y resultaron ineludibles en este el primero de los "Cinc dijous amb la Roser", organizados por el Museu Tèxtil y Amics de les Arts. Por esta entidad habló Jordi F. Fernández, que aún recuerda aquel día del año 2000 en que Roser López entró en Amics con un libro de poesía que había escrito, que después se convertiría en la plaquette de Mirall de Glaç "Al palmell del cor". Cuando Amics organizó Terrassa Acció Creativa y Quelcom, volvió a la entidad para incorporarse definitivamente y impulsar el Laboratori Creatiu. "El suyo era un carisma que incentivaba y dejaba que todo el mundo fuera protagonista, y en su entusiasmo era muy constante. Daba gusto trabajar con ella. Sufríamos bastante, porque quería que todo salía bien, y al final todo salía, y te lo habías pasado bien."
Fernández también explicó esta programación de homenaje anunció el proyecto de un libro de tirada limitada que recopilará poemas y escritos, y obra gráfica, bajo el título de "Apunt per una teoría del desig". "La idea es poderlo financiar con aportaciones de la gente."
El padre de Roser López, Joan, agradeció a la treintena de asistentes su presencia, y el acto se abrió a las intervenciones de éstos. "Roser ofrecía muchísimo,", dijo la poeta visual Maria Romaní, pareja creativa con Marcel Ayats. "Gracias a su generosidad, como poetas visuales pudimos exponer, y crear piezas que sin las posibilidades que nos dio nunca se nos habrían ocurrido, como una con didales."
Teresa Llordés explicó una anécdota estremecedora. Un día quedó con Roser, para enseñarle fotografías de un proyecto suyo sobre la maternidad, por si quería participar. "Ese mismo día había ido al ginecólogo, que le dijo que no podía ser madre. Cuando vio las imágenes, Roser se puso a llorar. Pero dijo que el tema le interesaba."
Pepi Sebrià, del Grup de Teatre d’Amics de les Arts, la conoció un día que, en una asamblea de la entidad, un bafle cayó de una estantería, y fue a darle a la cabeza de Roser, que se sentaba debajo. "Mi marido, que es médico, la llevó a urgencias, y le dieron unos cuantos puntos. Un tiempo después, era la persona que hacía una exposición fabulosa sobre tambores."
Obras, objetos y publicaciones
El "Espai Poètic Roser López" incluye una parte con obras de su autoría. "Zel 1" es un bordado sobre lienzo reciclado. "Desaliento" y "Ornitologia sentimental", libros de poemas bordados, que pueden hojearse con guantes. "De puño y letra", cuatro puños de camisa de hombre con poemas. Al otro lado se exhiben objetos de personas que la conocieron, dotados de un valor simbólico relacionado con su relación con Roser. Francesca Simon Porcar ha aportado un libro-objeto; Marcel Ayats & Maria Romarí, el poema-objeto "Les pedres"; Teresa Casals, piezas textiles; Rat Soriano, la caja de coser que le intercambió por un tapete de su abuela y un astronauta de Playmobil. Más allá, un expositor recoge publicaciones de Roser, entre ellas "Habitació 328", fanzine con cinco relatos breves, o "El mirall de les aigües", la novela infantil que publicó en Baula.