Aseado en sus formas, impecable en el concepto, atrevido en la puesta en escena y fiel a su libro de estilo, el Terrassa hizo muchas cosas bien en el campo de la Montañesa para puntuar. Pero no sólo no lo consiguió, sino que encajó un 3 a 1 que emborrona sus estadísticas, le vuelve a alejar de la zona de promoción y compromete la confianza externa hacia su estilo. El Terrassa acumuló unos cuantos deméritos, no muchos pero sí decisivos, que acabaron teniendo más peso en el desenlace del partido que sus virtudes, a veces más estéticas que prácticas.
David Pirri había dicho de forma repetida que no iba a renunciar a su ideario a pesar de jugar en un escenario de dimensiones reducidas en el que la Montañesa se desenvuelve como nadie gracias a un fútbol directo y de mucho componente físico. El Terrassa le opuso, al contrario que el año pasado, un juego de combinación, de posesión, de protagonismo, que tampoco resultó. No tuvo, como es costumbre, capacidad de finalización en el área contraria. Y en la propia volvió a ser vulnerable en exceso (lleva once goles en cuatro salidas) en parte debido a alguna desconexión puntual, como en el primer gol, y al peaje que está pagando por su innegociable estilo de sacar el balón jugado desde la defensa, problemático para algunos futbolistas y arriesgado para el portero como le ocurrió en el tercer gol. Lejos del Camp Olímpic, el Terrassa aún no ha encontrado el modo de ser, a la vez, vistoso y efectivo.
Dominar cada una de las áreas es una de las virtudes que este equipo aún carece. En Nou Barris, el Terrassa tuvo una puesta en escena global notable. Pirri, pese a no modificar su estilo, acumuló más músculo en defensa con la entrada de Uri Serra y el debut de Samu, en lugar de Jou y Javi González, y buscó más verticalidad en el centro del campo con la presencia de Carles Güell en lugar de Miki, El Terrassa tuvo el balón desde el primer instante, mostró el tipo de partido que buscaba y no le giró la cara a la batalla física cuando ésta apareció. Pero el fútbol de unos y de otros no generó demasiadas ocasiones: un disparo del local Joshua al que Barragán respondió con una buena parada y otro de Adri desde la frontal que atajó Tato Burgada.
Descuido
El partido se alteró con el primer gol de la Montañesa en el minuto 20. Un tanto en el que la defensa del Terrassa anduvo lenta de reflejos en el lanzamiento de una falta que acabó en los pies de Toni Pérez para fusilar a Barragán. Una falta de atención (los jugadores del Terrassa se quedaron atendiendo a un jugador local lesionado) que elevó el listón de la exigencia para los egarenses y que acomodó a su rival a la espera de algún error del rival. El Terrassa tuvo sus mejores ocasiones en acciones a balón parado. La primera en el minuto 40, en una falta lanzada por Boniquet que Eric cabeceó con acierto y que no acabó en gol gracias a la gran estirada de Tato Burgada, el mejor jugador de su equipo. Un minuto después, en un saque de esquina, fue Aaron Bueno quien cabeceó a las manos del guardameta del equipo barcelónes.
El Terrassa salió con la misma idea en el segundo tiempo. Y Óscar casi aprovechó una mala cesión del ex terrassista Segarra que resolvió Tato. Pirri varió posiciones con la entrada en el campo de Vilajosana (minuto 51) en lugar de Adri, lo que condujo a Boniquet a jugar de pivote por delante de la defensa, una posición poco apropiada para el egarense. Otra vez el centro del campo del Terrassa se pobló de futbolistas desarraigados a esa zona (Vilajosana y Boniquet), dando paso al vértigo en lugar de la pausa. El escenario se complicó aún más con el segundo tanto de la Montañesa, obra de Uri que convirtió un penalti cometido por Uri Serra que fue muy protestado por los egarenses.
Vértigo por pausa
Con esa desventaja, el Terrassa se desmelenó en busca de una remontada imposible que estuvo a punto de lograr. Sólo dos minutos después del 2 a 0, Aarón Bueno culminó una buena acción de Marc Vilajosana reduciendo las diferencias. Y el Terrassa mostró su cara más pasional arrinconando a la Montañesa en su área en un ejercicio de fútbol vertiginoso. Un minuto más tarde del gol de Aarón, Marc Vilajosana volvió a protagonizar una excelente carrera que acabó con un buen disparo que repelió Tato. Las ocasiones de gol se multiplicaron: un remate de Carles Güell que acabó por encima del larguero, una falta que cabeceó Uri Serra y que detuvo el portero en la misma línea de gol; y una interesante incorporación de Chele cuyo disparo rechazó Tato.
La Montañesa aguantó como pudo y tuvo algún destelló de peligro, como un disparo de Juanlu que Barragán desvió con la punta de los dedos. El conjunto barcelonés sacó provecho de la ansiedad del Terrassa y en los últimos instantes tuvo dos buenas ocasiones. Una de Roldán, a la que Barragán respondió de forma espectacular, y otra de Uri. Cuando el partido ya agonizaba se produjo el 3 a 1, en un balón mal entregado por Barragán que Dani convirtió en gol.
CF MONTAÑESA, 3
TERRASSA, FC, 1
CF. MONTAÑESA. Tato, Fuentes, Segarra, Alberto García, Santos, Rubén, Toni, Uri, Juanlu, Joshua y Romano. Dowi suplió a Alberto García en el minuto 55; Dani Sánchez a Romano en el 69; y Roldán a Juanlu en el 80.
TERRASSA FC. Barragán, Chele, Uri Serra, Eric, Samu, Adri, Ángel, Carles Güell, Aarón Bueno, Boniquet y Óscar. Vilajosana suplió a Adri en el minuto 51; Javi González a Samu en el 84; y Miki a Eric en el 88.
ÁRBITRO. Gerardo Castellet. Amonestó a Segarra, Santos, Toni, Juanlu, Joshua, Barragán, Uri Serra y Aarón Bueno.
GOLES. 1-0, minuto 20, Toni; 2-0, minuto 60 Uri de penalti; 2-1, minuto 62, Aarón Bueno; 3-1, minuto 89 Dani Sánchez.