David Pirri ha construido la plantilla de esta temporada con la premura que le dictaron los acontecimientos que provocaron el cambio de propiedad en el Terrassa FC. Y esa circunstancia penalizó su intención de conservar la mayor parte del bloque de la temporada anterior y le condujo a afrontar una profunda renovación de la plantilla que no tenía prevista. Además, el Terrassa acudió al mercado más tarde que la mayor parte de sus rivales y dejó de incorporar a algunos futbolistas que estaban en su agenda. Pese a todo, la trayectoria del equipo ha sido ascendente y tras el descalabro de la primera jornada ha encadenado resultados positivos, ha cerrado su portería (suma tres partidos sin encajar ningún gol) y se ha situado a las puertas de la zona de promoción de ascenso.
Una de las claves de este buen arranque del Terrassa, que suma cinco puntos más que el año pasado a estas alturas del campeonato, hay que buscarla en la versatilidad de sus futbolistas. Pirri ha construido una plantilla donde la figura del especialista casi no existe y donde cada componente es capaz de evolucionar en varias posiciones. Ese factor no sólo enriquece tácticamente al equipo en un mismo partido, sino que aumenta la competencia de forma sustancial.
Múltiples recursos
El técnico del Terrassa ha explicado que cada jugador tiene una posición específica en el campo. Pero ese detalle no limita la variedad táctica que posteriormente se observa en los partidos. Si se analiza la trayectoria del equipo en estas primeras semanas de competición, se llega a la conclusión de que hay pocos futbolistas que sólo hayan jugado en una posición. En esa situación estaría, obviamente, el portero Dani Barragán, el central Eric Martínez y el lateral izquierdo Javi González.
Los demás han mostrado un abanico variado de posibilidades. Josep Casasayas, por ejemplo, ha tenido que cubrir el déficit en el lateral derecho, pese a que se trata de un futbolista que habitualmente actúa en el centro del campo. Y Jou es otro jugador que ha destacado desde el año pasado por su facilidad para adaptarse a cualquier posición de la línea defensiva. En la media, la multifuncionalidad de sus componentes ha sido indiscutible. Tanto Adri Gimeno como Miki Martínez han actuado en la posición de pivote por delante de la defensa como de interiores; Boniquet ha alternado su aportación como interior con apariciones en la banda, su hábitat natural hasta ahora; y también ha aparecido en esa zona Marc Vilajosana, aunque su posición habitual ha sido la de delantero centro o extremo.
En la zona de ataque, aparte de las citadas funciones de Vilajosana, Aarón Bueno y Óscar Hernando han jugado en las bandas o de delantero centro. El domingo pasado, por ejemplo, los tres futbolistas de ataque pasaron por todas las posiciones de la delantera. Y no hay que olvidar características similares en otros futbolistas de la plantilla como Ángel de la Torre, Samu o Sergio Montero, con capacidad para actuar en distintas demarcaciones.
Aunque se presumía que la complejidad del estilo futbolístico de David Pirri podía alargar el período de adaptación de una plantilla tan renovada, esa versatilidad ha acelerado el proceso y ha impedido que se repitiese el mal arranque del año anterior.