Diners

“En los momentos críticos es cuando surgen las mejores ideas”

Cuando era pequeña su abuelo le daba gaseosa en una cucharilla. Esta madre de tres hijos ha vivido siempre entre burbujas. Por eso, asegura que la empresa es como su cuarto hijo. Estudió Económicas y un máster en Esade en dirección de empresas familiares, aunque ella prefería las Ciencias Biológicas. Pero, sabía que tarde o temprano tendría que ponerse al frente de una empresa de cuatro generaciones. Así asumió la dirección general de Sanmy, Esta empresaria moderna, con las ideas claras y conocedora exhaustiva del sector, es la presidenta del Gremi de Begudes Refrescants i Distribuïdors de Barcelona, pertenece al comité de dirección de la Asociación de Bebidas Refrescantes de España. La empresa de bebidas carbónicas y refrescantes Sanmy cumple 120 años de vida este 2015, cuando prevé superar una cifra de negocios de siete millones de euros, tras cerrar 2014 con ventas de 6,5 millones, gracias al impulso de su emblemático sifón Geiser. Sanmy es uno de los mayores embotelladores independientes españoles frente a la competencia de las grandes multinacionales del sector. En el año 1996 trasladó sus instalaciones a Terrassa.

¿Cómo puede llegar a 120 años una empresa familiar como Sanmy?

Fácil no es. Es una lucha continua, tienes que sentir mucha pasión por el trabajo, porque hay muchos días que dirías que hasta aquí hemos llegado. Además, el mercado está cada día más globalizado y las compañías son más grandes. Eres una mota de polvo delante de las grandes empresas. Pero contamos con el impulso de la gente que nos rodea, con la que llevamos trabajando 45 años, que sienten la empresa como propia. Además, somos muy conocedores de los hábitos de consumo del cliente. Sabemos lo que hay en los lineales e investigamos que se hace en otros países.

¿Hay que anticiparse?

Sí. Cuando salió la moda de la coctelería venía de Italia y aquí no existía. Después la afición por el "mojito", después la tendencia de los gintonic. Se trata de irse anticipándose. Lanzamos productos al mercado, pero, a veces, de cuatro nuevos refrescos que lanzamos sólo uno triunfa. Es muy difícil y más si no tienes un presupuesto en publicidad como tienen los grandes.

¿En este éxito ha contado mucho saber arriesgarse?

Evidentemente. Hace 20 años que estamos en Terrassa y antes de venir aquí nosotros teníamos una fábrica de 1.500 metros cuadrados en Badalona. Mi padre y mi tío se hipotecaron completamente para comprar la nave de Terrassa. Fue una apuesta y un riesgo total, porque creemos en este proyecto. Llenamos estas instalaciones de máquinas y de ideas para sobrevivir y ahora después de veinte años lo podemos contar. Teníamos miedo, pero hemos sabido encontrar nuestro sitio dentro del mundo de los refrescos que es tan competitivo. Del tamaño como nosotros quedamos dos y el otro está en Galicia y así nos repartimos el mercado.

Ahora que está tan de moda emprender, ¿qué aconsejaría a un emprendedor que inicia una aventura empresarial?

Siempre digo que lo primero de todo es sentir pasión por tu profesión, que te guste porque hay momentos muy difíciles y si no te gusta, lo dejas. También hay que ser muy conocedor del mercado. Antes de lanzar un producto, mucha gente se basa en el producto y no en el mercado. Hay que conocer muy bien la distribución y luego hacer el producto. No vale con tener un producto único, porque si no sabes dónde venderlo, se va a quedar en el almacén. Esto sirve para todos los sectores no sólo en la alimentación.

¿Qué papel ha jugado la innovación en la historia de Sanmy?

Cuando llegamos aquí veníamos del mundo del "foodservice", es decir, servíamos a los distribuidores de cervezas y bebidas. Desarrollamos la marca blanca para las empresas catalanas como Sorli o Bon Preu, pero vimos que no era rentable. Le dimos vueltas y sacamos el sifón de un solo uso y esto fue el éxito inicial. Eso fue la puerta de entrada para vender en toda la gran distribución y a partir de aquí hemos empezado a diversificar productos. Ahora hay mucha gente que nos viene a buscar para distribuir productos en esta red, que cada vez es más cerrada.

¿Qué peso tiene la exportación en esta empresa?

Poco. En estos momentos sólo representa un cinco por ciento del total.

¿Es la asignatura pendiente?

Sí. Tenemos que desarrollarla. Como han venido a nosotros para distribuir sus productos empresas Limon Fresh que es suiza. Hemos ido creciendo y el tema de la exportación se ha quedado de lado.

¿Qué proyectos de futuro tiene a partir de ahora?

El sifón está muy de moda, con la tendencia a tomar vermuts y los mojitos. Hemos visto que todo lo retro está de moda. Nosotros somos los auténticos que quedamos para hacer una gaseosa original. Vimos la posibilidad de hacer una colección de gaseosas que van ir con un único código de barras pero la gente en lineal la va a tener y podrá utilizarlas también para decorar las casas. La primera edición que se hizo de 25.000 botellas estaba pensada para dos meses y en dos semanas se habían agotado. Y ahora volveremos a fabricar más.

La alimentación saludable es una tendencia muy actual. ¿Cómo se complementa esto con tomar refrescos?

Los refrescos se hicieron originalmente con azúcar y es lo que estamos reivindicando. El azúcar tomado de forma moderadamente se puede beber si tienes una vida saludable. Ahora hay mucha presión para que la gente tome edulcorantes artificiales. Pero hace 100 años atrás no se veía ninguna persona obesa. Entonces, no se podían hacer refrescos con edulcorantes artificiales, tenía que ser con azúcar. Es más el hábito saludable y hacer deporte que no evitar consumir refrescos que tengan azúcar.

¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido?

Sin duda alguna cuando falleció mi padre. Cumplíamos en ese momento 115 años de historia y mi padre murió de un derrame cerebral, de golpe. Le hicimos un homenaje. Mi padre ha sido mi "alma mater". Encontrarme sola al frente del negocio fue muy difícil.

¿Y a nivel profesional?

A nivel profesional ha habido varias etapas difíciles en que hemos tenido que reinventarnos. Cuando vinimos aquí y nos dimos cuenta que hacer marcas blancas no era rentable fue un momento crítico. Pero de los momentos críticos salen las mejores ideas. Y salió el supersifón Geiser. Si todo va bien, tu mente está tranquila.

Las ayudas gubernamentales es una de las reivindicaciones de los empresarios.

En el camino te encuentras muy solo. No tienes ayuda por ningún lado. Tenemos una depuradora y tenemos que cumplir con todas las normativas de la ACA, pero ninguna ayuda. Hacemos innovación en maquinaria y no recibimos nada. Los empresarios lo que necesitamos son ayudas a la financiación y no sólo créditos blandos.

To Top