La reacción del grupo municipal de Ciutadans no se hizo esperar tras el anuncio del acuerdo de gobierno. Javier González, su portavoz, aseguró que el pacto no va con “los tiempos nuevos que a Sàmper le ha gustado reclamar durante las últimas intervenciones” y que esto demuestra que “siguen teniendo la partitocracia en vena”.
González manifestó que, a su parecer, la culminación del acuerdo significa el incumplimiento del programa electoral de Convergència i Unió (CiU), en el sentido de que “uno de sus puntos principales era la simplificación de la estructura orgánica y política del ayuntamiento”. Con la entrada de CiU en el gobierno, “se aumenta la estructura y el gasto”, dijo el concejal, que recomendó a Jordi Ballart que “en lugar de irse a trabajar a la Diputació de Barcelona se quede aquí a echar una mano”.
González dijo que los partidos constitucionalistas como Ciutadans no son el enemigo del PSC sino que el adversario político está en el nacionalismo, por lo que aseguró que los socialistas se han equivocado de compañeros de viaje.
Más dificultades
El portavoz opinó que “no es obligatorio pactar con nadie” y que el acuerdo no soluciona la estabilidad del gobierno municipal. “Pienso que la ciudad es más ingobernable que antes”, remarcó. Desde un punto de vista social y de defensa de la Constitución, Ciutadans considera que el pacto supondrá una traba y que no facilitará las negociaciones ni los acuerdos puntuales con la oposición.
Preguntado por si de haberlo sabido, la formación hubiera cambiado el sentido de su voto en el pleno de investidura, González respondió que lo tenían claro y que su partido le propuso como candidato a la alcaldía con la intención de apostar por un alternativa en la ciudad, cosa que “no se ha dado. Con estas compañías no se ofrece ningún cambio. Es lo mismo de siempre y todos lo saben”, criticó.
La oposición tendría mayoría absoluta si se pusiera de acuerdo. El concejal de Ciutadans declaró, sin embargo, que ellos no cambiarán cromos y que no pactarán con las fuerzas soberanistas. González acabó su intervención con la reflexión siguiente: “Parece que el PSC tiene un programa con dos caras. La A es la que vende a su electorado y la B la que le llevó a votar a favor de la adhesión a la AMI”.