Jesús Fernández, ex presidente del Terrassa FC, ha manifestado que el veto impuesto a su ex mujer, Puri Fernández, y al hermano de ésta, Sebastián Fernández, para que no formen parte del nuevo equipo de Jordi Cuesta no se debe a ninguna venganza personal. "Lo hago para hacerle un favor a ella. Y porque es mejor que no estén en el club personajes que no aportan nada al fútbol", ha justificado. Tanto Puri Fernández, presidenta del Futbol Base Terrassa, como Sebastián Fernández, poseedor de los derechos de explotación del escudo del Terrassa FC, habían manifestado su apoyo al proyecto de Cuesta en el club egarense y se daba por seguro que tanto uno como otro iban a formar parte de la nueva estructura. Sin embargo, esta posibilidad quedó abortada cuando Jesús Fernández introdujo una cláusula en el contrato de venta de la sociedad anónima en la que vetaba la participación de ambos en la estructura del club. "Nunca han estado vinculados al fútbol y es mejor que estén fuera."
Esta maniobra ha sido interpretada como un capítulo más de la guerra entre Jesús Fernández y Puri Fernández desde que se produjo su separación y que ha tenido una clara incidencia en el devenir del Terrassa FC. De hecho, los problemas de Jesús Fernández empezaron cuando dejó de controlar el fútbol base al asumir la dirección efectiva su ex mujer (hasta entonces era presidenta sólo a nivel administrativo) y quedarse sin esa fuente de financiación para el primer equipo. "Esto no es una guerra personal", ha señalado Jesús Fernández. "El equipo de Cuesta también ha visto con agrado esta circunstancia. Es mejor que no tenga a nadie relacionado con el pasado. " El ex propietario del Terrassa FC , en todo caso, sí lanza una crítica directa. "No pueden estar personas que se han dedicado a perjudicar la imagen de la entidad y mía, y que se han dedicado a filtrar documentos con el fin de intoxicar a la opinión pública."
Operación confidencial
Jesús Fernández quiere dejar de estar en el primer plano de la actualidad lo antes posible. Pero de momento le resulta complicado. La venta de la sociedad anónima parece haberle quitado un peso de encima, dado que los nuevos propietarios asumen las deudas de la empresa y, al parecer, han pagado una cantidad económica importante al ex presidente (se habla de 60.000 euros) aparte de otras cláusulas que pueden aumentar esas cifras en función de la categoría en que milite el equipo. "Yo tenía varias prioridades. Que el Terrassa no desapareciese, que se pagase a la plantilla y que el proyecto nuevo fuese interesante. Pienso que todo se ha cumplido", señala sin querer entrar en detalles económicos blindados por cláusulas de confidencialidad.
En relación al conflicto con Wospac, que ha puesto en duda la legalidad de la operación de venta al señalar que tiene un derecho preferencial de compra al que no ha renunciado, Fernández señala que se trata de un argumento sin peso. "Wospac tenía firmada una carta de intenciones. Y comunicó que su intención era no comprar la sociedad anónima. Por tanto, no hay nada más que hablar. Ya está bien de protagonismos." El ex presidente del Terrassa dice que tras la comunicación de Wospac "estaba liberado de cualquier compromiso".
