El primer partido de la oposición también reaccionó ayer ante el anuncio de un gobierno de sociovergencia. Terrassa en Comú, que impulsó una candidatura alternativa junto a ERC y la CUP, acusa ahora al PSC de priorizar “mantenerse en el gobierno moviéndose hacia la derecha”.
La formación entiende que “la alianza con CiU solo responde a la voluntad de bloquear cualquier cambio en la ciudad”, una iniciativa “contradictoria con el descenso de dos partidos tradicionales que pierden 8 concejales y con el refuerzo en el pleno de las fuerzas de izquierda”.
El pacto entre socialistas y CiU “saca lo peor de ambos. Les une la continuidad, una Terrassa estancada, la parálisis y la decadencia”, valora la confluencia, para quien “la abstención de CiU para hacer alcalde a Jordi Ballart no fue gratuita. No sabemos cómo responderá su militancia. Sus concejales bloquearon un gobierno alternativo por el cambio y comprometido con el derecho a decidir y un proceso constituyente en Catalunya”.
TeC mantiene el pulso con el PSC sobre si fueron los primeros citados a negociar, como sostiene Ballart. “Fuimos la penúltima fuerza con la que de vio”, insisten, un encuentro informal y “con poca sustancia”