Manel Ologaray Fernández siempre lleva la cámara encima, a la caza de imágenes que le llamen la atención para atraparlas en una fotografía, como un diario fotográfico -uno o dos carretes al mes- , que vierten en su blog. Una selección de estas piezas constituye “Per fer”, la exposición que estos días presenta en la Casa Soler i Palet, la segunda de su trayectoria -hubo una anterior en el espacio Nau Ivanov de Barcelona- pero la primera en su ciudad y también la primera “centrada en la cotidianeidad, en el día a día”, explica. Tarragona, las costas del Garraf, la estación de cuando iba a Francia ver a su familia, son los lugares, algunos irreconocibles por su dedicación al detalle.
Ante la sobrecarga
Son imágenes que su autor considera adscritas a la abstracción, aunque algunas presenten elementos claramente reales. “Abstractas en el sentido de que son inconexas entre sí. Si te encuentras una fotografía, y después otra sin un rasgo general, ello te da un nivel de abstracción”, explica. Sus referentes son fotógrafos norteamericanos como William Eggleston o William Kley, “que vienen de la fotografía documental, y también trabajan la del ‘día a día’, desde donde se encuentran y lo que les llama la atención”.
Vivimos en un mundo sobrecargado de información, y de imágenes, y Ologaray, consciente de ello, piensa que el fotógrafo debe ver lo que no es evidente, y dar su punto de vista. Una de las piezas de “Per fer”, por ejemplo, plasma una manguera, pero está tomada con una perspectiva y un encuadre, desde arriba, “con los que puedes ver una autopista. A veces, sin querer, percibes cosas que tienen una relación oculta, que no resulta tan casual”.
Todas las fotografías de Ologaray son analógicas. Trabajando con negativo “llego a captar la realidad de otra manera que en digital, ni mejor ni peor”. El nexo común entre sus piezas lo constituye precisamente la cámara y el carrete que utiliza, siempre los mismos, y también siempre trabaja con el mismo laboratorio, y una misma máquina, “que procesa la imagen de una manera. No hago edición digital”.
El conjunto de fotografías de “Per fer” se completa con una instalación, ubicada en una vitrina en el centro de la sala. “Me propuse, para esta exposición, trabajar una pieza que fuera más allá de las dos dimensiones. La idea era trabajar con una realidad rota, y escenificada como tal. Hice esta fotografía desde la ventana de casa. Encima, coloqué un vidrio que aquí mismo rompí. Por lo tanto, es una pieza realizada en la sala y que no saldrá de ella, efímera. Cuando acabé la exposición no la guardaré.”