Vallés

Imputados padre e hijo por plantar marihuana en dos casas

Él mismo, el hijo, se prestó a colaborar, tanto como para comunicarse con su padre y pedirle que colaborase él también. Y al final, ninguno fue detenido, ni el padre ni el hijo, pero sí imputados por un delito contra la salud pública y por otro de defraudación fluido eléctrico. Lo común cuando la policía, en este caso los Mossos d’Esquadra, descubren y desmantelan una plantación de marihuana, en este caso dos. Una en Rubí y otra en Viladecavalls, el mismo día.

Los Mossos d’Esquadra tenían constancia de un posible cultivo interior de cannabis en una casa próxima a Castellnou, en Rubí. A las ocho de la mañana del jueves pasado había ya agentes allí. Nada más llegar ya percibieron el olor intenso a maría. Aguardaron y vieron llegar una furgoneta, y de la furgoneta bajó un varón.

Se presentaron y le preguntaron si era el dueño o responsable de aquella finca. Sí, era él. Y sí, autorizaba a los agentes a que pasasen dentro. No se escondió. Lo habían pillado. Los mosos no necesitaron autorización judicial, pues la misma persona que luego iba a figurar como imputada les franqueó el paso a la propiedad.

En efecto, había una plantación de marihuana en la finca. No se trataba de un gran cultivo, al menos no de una plantación inmensa como otras descubiertas por cuerpos policiales en los últimos meses en viviendas de la comarca. Pero era una plantación. Tenía unas 215 plantas, según los mossos. El cultivo fue localizado en una habitación. En otra, usada como secadero, los agentes hallaron unos 15,5 kilos de cogollos. El suministro eléctrico que alimentaba el cultivo estaba pinchado.

Del primero al segundo
El identificado, de nacionalidad española y de 42 años, no acabó detenido. Los mossos desmontaron la plantación y el material habitual, aprehendieron las matas y los cogollos y se marcharon, pero a otro lugar del Vallès Occidental y relacionado estrechamente con el que acababan de inspeccionar. Tan estrechamente que el responsable del segundo enclave era el padre del primer imputado.

Fue el hijo el que confirmó a los mossos lo de aquellla otra plantación. Llamó a su progenitor y le pidió que colaborase con aquellos mossos que se dirigían a la segunda finca, ubicada cerca de Can Pepet, en el término de Viladecavalls.

Se presentó una dotación policial allí. Dos personas, un hombre y una mujer, se aproximaron a los agentes. Se repitió la historia de asentimiento: el hombre dejó a los mossos acceder a la casa.

En el aparcamiento de la finca estaba la plantación, distribuida en dos estancias, con noventa plantas de cannabis cada una. Y con los focos, el material para el riego, los filtros y demás aparejos técnicos. El varón identificado, el presunto responsable del cultivo, es un hombre de 70 años. A él también, no así a la señora, se le abrieron diligencias penales como presunto autor de un delito contra la salud pública y por la manipulación del fluido eléctrico, pues la luz estaba pinchada asimismo en la segunda casa inspeccionada aquella mañana.

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