Esta semana se han reiniciado, por fin, las obras del enlace entre la A2 y AP7, a la altura de Castellbisbal, unos trabajos que comenzaron hace una década y que han sufrido numerosos imprevistos -incluso se han paralizado en varias ocasiones- a lo largo de todo este tiempo.
El reinicio de las obras -que estaba previsto para finales del pasado año- se lo comunicó la delegación del Gobierno en Barcelona al alcalde de Castellbisbal, Joan Playà, y le pidió que hiciese extensivo el anuncio al resto de ayuntamientos, una decena, que forman parte de la plataforma Connexió Ara!, impulsada por el primer edil en enero de 2017 con el objetivo de ejercer presión para que se retomasen los trabajos.
En su comunicación con Playà, la delegación del Gobierno expresó su voluntad de “restaurar un clima de colaboración y buena comunicación entre las diferentes administraciones implicadas en la materialización de estas obras”. El alcalde de Castellbisbal, por su lado, manifestó su satisfacción por la noticia y confió en que “esta sea la reanudación definitiva y que las obras finalicen en 18 meses, tal y como estaba previsto”. Este mismo martes, la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, mantuvo un encuentro con representantes de los municipios próximos a la infraestructura para oficializar el inicio de los trabajos. Las obras de este enlace acumulan años de retraso. De hecho, la última vez que se paralizaron fue en 2016 y, desde entonces, diferentes ayuntamientos del Baix Llobregat y el Vallès Occidental han reclamado en repetidas ocasiones su reactivación.
El objetivo de la obra es conectar las dos vías a través de un viaducto de 850 metros en una zona por donde cada día pasan más de 200 mil vehículos. Está previsto un tráfico de 40 mil vehículos al día por el tramo de conexión que se ponga en funcionamiento, y ahorraría a los conductores 12 kilómetros de trayecto por carreteras comarcales.
El Consejo de Estado aprobó modificaciones para actualizar la obra a las necesidades actuales, que son las que ahora se han incorporado al proyecto y que han supuesto un encarecimiento de la factura de las mismas, que pasan de costar 50 a 76 millones de euros.
Playà considera que el enlace entre la A2 y la AP7 es una infraestructura de país, imprescindible para mejorar la movilidad en el territorio, pero también en todo el área metropolitana. Para Playà, “conectar estas dos importantes vías de comunicación comportará muchas ventajas, como la reducción del gran número de vehículos que circulan por nuestras carreteras locales, en dirección a Rubí o Molins de Rei, así como en la misma carretera de la Estació”.
Recortes
También mantiene el primer edil de Castellbisbal que el enlace puede suponer un incentivo más para atraer nuevas inversiones a la gran cantidad de polígonos de los municipios próximos.
Las obras de la infraestructura arrancaron en el año 2007 y en 2010 se paralizaron a causa de los recortes por la crisis. Se volvieron a retomar en 2011, aunque a un ritmo muy lento y en 2013, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció que en 2015 estarían acabadas. No sólo no fue así, sino que en 2016 los trabajos volvieron a paralizarse. Más de dos años después se han vuelto a reanudar.
LA CIFRA
12 km
Es lo que se ahorrarán los conductores de trayecto por carreteras comarcales con la nueva conexión.