El ejecutivo socialista del Ayuntamiento de Rubí liderado por la alcaldesa Ana María Martínez, que gobierna en minoría con siete concejales sobre 25, volvió a dar muestras de su debilidad en el último pleno del año al retirar del orden del día para su aprobación definitiva el nuevo plan de ordenación urbanística municipal (Poum). La retirada del documento, que ya fue aprobado de forma provisional en 2017, se produjo al no prever el equipo de gobierno los apoyos suficientes para sacarlo adelante en un plenario muy atomizado y con hasta cinco regidores no adscritos tras abandonar sus respectiva formaciones políticas. En un comunicado, el ejecutivo afirmó que el nuevo Poum “se llevará a aprobación más adelante”, sin especificar más.
El primer intento de aprobar de forma provisional el texto refundido del Poum, una de las grandes asignaturas pendientes de la ciudad, fue en julio de 2017, pero en aquel momento tuvo que retirarse del orden del día al no contar con los apoyos suficientes per sacarlo adelante.
“Falta de respeto”
No fue hasta diciembre de 2017 cuando se pudo al fin aprobar el documento de manera provisional. A esa primera aprobación le siguió entonces un periodo de exposición pública de un mes, durante el que se presentaron 76 alegaciones, que en su momento ya fueron resueltas por el ejecutivo.
ERC, el principal partido de la oposición con cinco ediles, tildó de “falta de respecto” la retirada del Poum del orden del día y lamentó que el ejecutivo “dependa de los concejales no adscritos” para aprobar sus propuestas, informó rubitv.cat. Al respecto, la concejal de Esquerra Montse Soler afirmó, en declaraciones a este medio digital, que la retirada del documento “es una falta de respeto hacia el resto de grupos municipales y hacia la ciudadanía, que es ante quien nosotros tenemos que rendir cuentas como representantes públicos”.