El empleado de una empresa que prestaba servicio logístico a otra ubicada en Rubí se apoderó de cinco televisores de la segunda y luego los devolvió, aunque uno de ellos, que presentaba daños, no pudo volver a ponerse a la venta. Las cinco teles estaban valoradas en 8.525 euros. El individuo ha sido condenado a tres meses de cárcel por hurto. Se le han aplicado las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas (los hechos pasaron en 2012 y la sentencia es de 2017).