Hace escasos meses, la Agència de Residus concedió una subvención de 200 mil euros al Ayuntamiento de Ullastrell para cubrir el cien por cien del coste de construcción de una deixalleria en el municipio para el reciclaje de residuos domésticos. Una ayuda que el ejecutivo formado por ERC y JxU -que gobierna con mayoría- anunció públicamente el pasado mayo que rechazaba y que se echaba atrás en su idea de crear el nuevo equipamiento por la oposición de los vecinos que residen cerca de donde tenía que ubicarse, los del Turó de Can Palet, como primera opción, y los de Ca n’Amat, como segunda.
El anuncio de rechazo de la subvención y el descarte, en aquel momento, de crear la deixalleria (Ullastrell es el único municipio de la comarca que no cuenta con un equipamiento de este tipo) ha llevado al grupo municipal del PDeCAT, principal formación de la oposición, a acusar al ejecutivo local de “mala gestión e improvisación”.
El concejal del PDeCAT y cabeza de lista para las municipales del próximo año, Miquel Puig, afirmó en una nota que “nos encontramos nuevamente ante un episodio de improvisación y mala planificación y gestión de la mayoría absoluta que gobierna Ullastrell”.
Pese al anuncio hecho el pasado mayo por el ejecutivo conforme renunciaba a la subvención, Puig desveló que aún no lo hecho. “El gobierno municipal -afirmó- hace grandes titulares en la prensa renunciando a la subvención y todavía no lo ha hecho, ¿por qué será?”.
Posible nueva ubicación
Es más, Puig señala en la nota que el ejecutivo que lidera el alcalde Joan Ballbè (ERC) ahora afirma tener una nueva alternativa para ubicar la deixalleria: al lado de la empresa Polichemi (dedicada a la comercialización de caucho sintético), situada en el kilómetro 5 de la carretera de Ullastrell.
Preguntado por esta información, el ejecutivo la confirmó ayer al reconocer que no ha renunciado a la subvención y que sí, que baraja construir la deixalleria en ese espacio, que es municipal.
Sin embargo, no tiene la cuestión cerrada y es muy probable que no tenga tiempo de hacerlo en el año escaso que queda de mandato. La subvención de la Agència de Residus está sujeta a dos condiciones: la deixalleria tiene que construirse en un terreno municipal y éste debe estar calificado para acoger equipamientos.
Prórroga
El espacio situado al lado de la empresa Polichemi está calificado como zona verde, por lo que hay que hacer una recalificación de una parte del mismo -serían entre 500 y 600 metros cuadrados- para convertirlo en equipamiento. Una modificación que llegaría en un momento en que el nuevo plan de ordenación urbanística está prácticamente cerrado (sólo faltan por resolver algunos flecos, tras haber pasado ya el documento por la comisión de Urbanismo de Barcelona), modificación que, por tanto, ralentizaría su aprobación.
En paralelo, el Ayuntamiento ha solicitado a la Agencia de Residus una prórroga de la ayuda, de manera que estaría disponible hasta junio o julio de 2019, pasadas las próximas elecciones municipales. En cualquier caso, una carrera de obstáculos y a contrarreloj.
“Estamos en conversaciones y las cosas van en buena dirección”, afirmaron ayer desde el equipo de gobierno. Desde el PDeCAT, la réplica fue: “Hay que ser más cuidadosos en la gestión y planificación de los servicios y no hacer las cosas de manera improvisada y perjudicar a los vecinos”.