Vallés

Al rescate del olivo autóctono

La Associació de Productors d´Oli d´Ullastrell tiene en marcha un proyecto para recuperar la oliva becaruda, originaria del municipio. Ya se han plantado los primeros 325 esquejes. Y vendrán más.

Orgulloso de su pasado agrícola, Ullastrell sigue reivindicándose como un municipio en contacto directo con la Naturaleza en medio de una comarca industrializada y donde la payesía sigue jugando un papel importante. En este contexto hay que enmarcar una loable iniciativa que está llevando a cabo la Associació de Productors d´Oli d´Ullastrell consistente en recuperar la oliva becaruda, autóctona del municipio. De momento, ya se han plantado 325 esquejes de esta variedad de olivo, originario del Valles Occidental y el Baix Llobregat, y la idea es continuar con el proyecto en los próximos años. Habrá que esperar entre dos y tres años para que los nuevos árboles empiecen a dar las primeras olivas y entre cinco y seis para que la producción sea estimable.

El proyecto se inició hace unos dos años, cuando la Associació de Productors d´Oli d´Ullastrell, en activo desde un lustro y oficialmente constituida hace un par de meses, encargó a un vivero de Lleida la creación de esquejes de oliva becaruda, cuyos resultados se empiezan a ver ahora. Hay sobre unos 500 esquejes más desarrollándose en ese vivero de Lleida con la intención de volver a plantar una nueva remesa la próxima primavera. Lo explica el presidente de esta asociación empresarial, Xavier Morral, quien precisa que los 325 esquejes han sido plantados por 16 socios de la entidad y que la intención es seguir con esta dinámica en años sucesivos “mientras haya demanda”. “Recuperar este tipo de aceite, que es extraordinario, me atrevería a decir que el mejor de la zona, vale muchísimo la pena”, subraya Morral, quien se muestra entusiasmado con la iniciativa.

En paralelo a la plantación de esquejes, también se pretende recuperar los olivos de la especie becaruda que hay en el municipio, que son centenarios, pero que en estos momentos la gran mayoría no producen porque no están cuidados, explica Morral. Y añade que con la recuperación de esos olivos se lograría, de paso, otro objetivo importante: “limpiar el entorno natural de la localidad”.

Morral se refiere a este proceso iniciado por la entidad que preside, que lo está llevando a cabo con la ayuda del Ayuntamiento, como un trabajo de hormiga al afirmar que es “artesanal” y con resultados “a largo plazo”.
El topónimo de Ullastrell procecede de la palabra catalana ullastre (acebuche en castellano), que significa olivo salvaje, lo que pone de manifiesto que el municipio es desde hace siglos una tierra de olivos. Y así quiere seguir siendo con este proyecto que enlaza directamente con sus raíces.

A día de hoy, el tipo de oliva que predomina en la localidad es la arbequina, “pero en pocos años volverá a ser la becaruda”, vaticina Morral. Su recuperación, por eso, no obedece solo a motivos de arraigo, sino también prácticos. Lo asegura Morral al explicar que la olivera becaruda es autóctona del Vallès Occidental y Baix Llobregat porque estas comarcas “tienen un microclima propio, con una marinada (viento que sopla desde el mar hacia la tierra) fresca y húmeda que esta especie aguanta bien ya que está adaptada, al contrario de lo que le sucede a la arbequina”. Y desvela que en estas comarcas la olivera arbequina “necesita el doble de cuidados que la becaruda para conservarla”.
Morral está convencido que la recuperación de la oliva becaruda en Ullastrell “tiene futuro” porque produce “un aceite excepcional que los restauradores y las tiendas especializadas nos reclaman cada vez más”.

En la Escola Serralavella
La Associació de Productors d´Oli d´Ullastrell, que desde hace siete años organiza una feria del aceite en el municipio, ha dotado de una vertiente pedagógica al proyecto al implicar a la Escola Serralavella para que los chavales conozcan el presente y el pasado agrícola de la localidad y mantengan viva la cultura del aceite. En concreto, la experiencia ha consistido en una plantación de olivos de la especie becaruda dentro del recinto escolar. La actividad la han protagonizado los alumnos de sexto porque son los que este año dejan la escuela para iniciar el instituto. 

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