Las poblaciones de la comarca se sumaron ayer a la jornada reivindicativa feminista con motivo del Día Internacional de la Mujer con manifestaciones, concentraciones, lectura de manifiestos y parones de dos horas en numerosos centros de trabajo. Hubo además servicios mínimos en el transporte y los centros educativos, mientras que la huelga causó muchos problemas de movilidad en la comarca, con el corte de la línea de FGC y de la C-58, entre otras vías, así como en centros universitarios.
En Matadepera, la convocatoria de huelga tuvo una "incidencia relativa, especialmente en relación a los centros educativos", informó el Consistorio en su web. A las doce del mediodía, la plaza del Ayuntamiento acogió el acto institucional de la jornada. Consistió en la lectura de un manifiesto por parte de la alcaldesa, Mireia Solsona, quien estuvo acompañada por las concejales Montse Royes y Carme Querol y el edil Marcel·lí Bosch. El acto fue seguido por un reducido grupo de matadeperenses, la gran mayoría de ellos trabajadores municipales.
En Viladecavalls, donde el Ayuntamiento también se sumó al parón de dos horas, la plaza de la Vila acogió a las 12.30 del mediodía una concentración a la que acudieron numerosos vecinos y durante la que se leyó el manifiesto del Día Internacional de la Mujer, a cargo de la alcaldesa, Cesca Berenguer.
Desigualdades
Además, la Escola Rosella se sumó a la jornada reivindicativa con numerosos alumnos en el patio formando el símbolo de la mujer, una actividad que fue filmada por un dron (el vídeo se puede ver en la edición digital de este rotativo). Igualmente, con motivo de la huelga feminista, la tertulia "Les dones d’avui: Què hem guanyat, què hem perdut", programada para ayer en la biblioteca municipal, se ha pospuesto a las 3.15 de la tarde de hoy.
En Vacarisses, donde el Ayuntamiento también apoyó el parón de dos horas convocado por CCOO y UGT, los cinco concejales del equipo de gobierno -formado por ERC y Movem Vacarisses- quisieron visualizar su respaldo a la jornada sumándose a la huelga feminista. "Como representantes municipales y para hacer evidente la lucha contra las desigualdades de las mujeres, nos sumamos a la huelga general de curas, de consumo, laboral y educativa", explicaba ayer el ejecutivo en la web municipal.
En Ullastrell, el alcalde, Joan Ballbè, y la directora de la Escola Serralavella, Rosa Fillat, hicieron lectura de un manifiesto al mediodía en los aledaños del Ayuntamiento.
En Castellbisbal, el Consistorio también se sumó ayer al parón de dos horas convocado por los dos sindicatos mayoritarios. Un día antes, el miércoles, se presentó el segundo plan de igualdad de género del municipio (2017-2021), elaborado con el apoyo de la Diputació. En su presentación intervinieron el alcalde, Joan Playà, y el diputado de Igualdad y Ciudadanía de la Diputació, Antoni Garcia.
En Rubí, más de 600 personas asistieron a la lectura del manifiesto institucional en la plaza de Pere Aguilera, a cargo de la alcaldesa, Ana María Martínez, y representantes de todos los grupos municipales. El acto no estuvo exento de polémica ya que cuando la concejal de Políticas de Igualdad, Maria Mas, leyó su fragmento de manifiesto, representantes sindicales de CCOO exhibieron pancartas denunciando que el plan municipal de igualdad está caducado y que las políticas municipales en esta materia son, a su juicio, inexistentes.
En Sant Cugat, un centenar de personas -mujeres en su mayoría- acudieron a la lectura del manifiesto institucional frente al Ayuntamiento, a cargo de la alcaldesa, Mercè Conesa, mientras que unas mil personas -la inmensa mayoría mujeres- secundaron la manifestación por el eje comercial de la ciudad que le siguió después, informó Cugat.cat.
La huelga feminista -que tuvo un seguimiento muy dispar- causó problemas de movilidad en la comarca, con los cortes a primera hora de la mañana de la línea de FGC a la altura de Sant Cugat y de la autopista C-58 a la altura de Terrassa, entre otras vías, así como en centros universitarios. En la UAB, a diferencia de otras jornadas de huelga, no hubo cortes en la AP-7 y la B-30 debido al gran dispositivo de los Mossos d’Esquadra -con una veintena de agentes antidisturbios- que impidió el acceso de las estudiantes a estas vías.