Matadepera ha puesto al día los nombres de sus calles con la revisión que se ha llevado a cabo a raíz de la aprobación, en 2015, de un reglamento sobre el nomenclátor, del que el municipio carecía. Tras dotarse la localidad de esa herramienta, se creó una comisión que durante estos dos últimos años se ha dedicado a revisar todos los nombres de las vías de Matadepera, introduciendo los cambios oportunos. Ese trabajo culminó con la presentación hace unos días del nomenclátor del municipio.
El nuevo nomenclátor incorpora 231 nombres e incluye unas fichas muy completas de todos ellos, tarea que ha realizado el historiador Marc Ferrer Murillo, del Centre d’Estudis Històrics de Terrassa.
Cada ficha contiene un número de registro único para la denominación; el tipo de vía; el nombre; unas coordenadas sobre su situación geográfica; el sector al que pertenece; la fecha de aprobación del nombre (si se conoce y existe); denominaciones anteriores; una breve descripción; una referencia bibliográfica; una propuesta de texto para una de las placas de calle; observaciones y una imagen de la vía.
“Lo que hemos hecho es una ‘homologación’ de las calles de Matadepera”, afirma la concejal de Cultura, Núria Garcia, que recalca la importancia de la elaboración de las fichas al afirmar que “por primera vez hay unas fichas exhaustivas de cada calle”. La edil resalta también el hecho de disponer de un reglamento del nomenclátor, que viene a poner orden a la situación que había antes de su existencia. Al respecto, señala que en el pasado “los nombres de las calles se ponían de forma aleatoria y su aprobación no pasaba por pleno”.
Memoria histórica
Fruto de la revisión realizada estos dos últimos años, se han modificado sobre unos 60 nombres de calles, cuyos nuevos letreros con la denominación correcta se irán colocando de forma paulatina.
Muchos de esos cambios han respondido a cuestiones lingüísticas, ya que la falta de una normalización a nivel de criterios implicaba que algunas denominaciones no estuviesen escritas correctamente.
Pero ha habido otros criterios, como el de la memoria histórica. El caso más llamativo es de la plaza de Cal Baldiró, que durante muchos años mantuvo en la placa el nombre de Alfons Sala, aunque popularmente se conocía como Cal Baldiró. Las peticiones vecinales también se han tenido en cuenta. Ese es el caso del cambio de nombre de la calle Ignasi Iglesias por el de Cal Beltrà, en honor a un antiguo horno de pan que existía en esta zona.
Y siguiendo esta vez criterios de reconocimiento del papel de las mujeres, a dos calles que no tenían nombre se les ha puesto los de Caterina Albert, la escritora catalana que utilizaba el seudónimo de Víctor Català, o Maternitat d’Elna, en homenaje a la institución fundada en 1939 en Francia por la enfermera suiza Elisabeth Eidenben.
La elaboración de las placas de las calles la lleva a cabo desde hace más de 30 años de manera artesanal un taller de placas de cerámica dirigido por Came Serrat. Entre 2016 y 2017 ha confeccionado unas 200 placas, que se irán colocando en función de la disponibilidad de la Brigada de Obras.