Los presupuestos del Ayuntamiento de Sant Cugat para 2018 fueron aprobados de forma definitiva en un pleno el lunes en segunda votación con el voto de calidad de la alcaldesa, Mercè Conesa (PDeCAT), que gobierna en minoría, después de que en la primera se produjese un empate. Las cuentas para el próximo año salieron adelante con los votos a favor de ejecutivo (PDeCAT) y su exsocio de gobierno del PSC (doce concejales), en contra de la CUP, ERC, Cs, ICV y PP (doce ediles) y la abstención del regidor no adscrito Dimitri Defranc (exedil de la CUP).
El único concejal que varió el sentido de su voto en la aprobación definitiva de las cuentas en relación a la aprobación inicial (que se llevó a cabo en un pleno en octubre) fue Defranc, que si primero voto a favor, luego se abstuvo. El cambio de parecer del edil provocó un empate a doce votos, por lo que fue necesaria una segunda vuelta. En ella, se repitió el empate, por lo que la alcaldesa hizo valer su voto de calidad para desencallarlo y sacar adelante por los pelos las cuentas de 2018.
En el pleno del lunes también se aprobaron de forma definitiva las ordenanzas fiscales para 2018, de manera que el equipo de gobierno congela todos los impuestos, tasas y precios públicos, y consolida así la rebaja hecha en los últimos ejercicios. El principal impuesto de gestión municipal, el IBI, seguirá teniendo el mismo tipo impositivo y el resto de impuestos no notarán ningún incremento. De esta manera, se busca no trasladar la presión fiscal a las familias y favorecer la dinamización económica.
Carácter social
Las ordenanzas fiscales para el próximo año salieron adelante con los votos a favor del equipo de gobierno, PSC y PP (en total, trece votos de los 25 con que cuenta el plenario). Algunos puntos de las ordenanzas, por eso, se votaron por separado, como fue el caso del IBI. Al respecto, Conesa tuvo que tirar de nuevo de su voto de calidad para sacar este punto adelante, informó ayer Cugat.cat, ya que Defranc volvió a abstenerse y el ejecutivo sólo contó con el apoyo del PSC, frente al rechazo del resto de grupos de la oposición.
Las cuentas para 2018 crecen un 2% en relación a las de este año, de manera que ascienden a la cifra récord de 135 millones de euros. El presupuesto del próximo año tiene un marcado carácter social y consolida el amplio abanico de ayudas destinadas a pagar el IBI, entre otras bonificaciones.
El teniente de alcalde de Urbanismo, Economía y Hacienda, Damià Calvet, afirmó en su momento que se trata de "unas cuentas ambiciosas", fruto de un equilibrio financiero que viene dado por factores como un endeudamiento del 59,6% y un remanente de tesorería de 2,2 millones (datos con los que se cerró el ejercicio de 2016).
Inversiones
Respecto a la partida de inversiones, se incrementa cerca de un 20% y alcanza los 15’7 millones de euros, con apuestas como la construcción de la Escola La Mirada; la conexión de Can Barata con la red de agua; la piscina cubierta de Mira-sol y la promoción de vivienda pública. Así, esos 15,7 millones se destinarán principalmente a equipamientos educativos y culturales (5,8 millones); vivienda pública (dos millones); mejora de la calidad urbana (tres millones) e instalaciones deportivas (1,4 millones).
LA CIFRA
15,7 millones. A esa cifra asciende la partida de inversiones para 2018.