El pleno del Ayuntamiento de Rubí aprobó el jueves de forma inicial las ordenanzas fiscales para 2018, que contemplan una rebaja del IBI del 2%, la congelación del resto de tasas y precios públicos y el mantenimiento de las bonificaciones existentes. La propuesta salió adelante con los votos a favor del equipo de gobierno (PSC y el concejal no adscrito Sergi Garcia, procedente del PDeCAT ), Ciutadans, PP y los ediles no adscritos José Manuel Mateo y María Dolores Marín (antes de C’s). ERC y Alternativa d’Unitat Popular (AUP) se abstuvieron, mientras que ICV y Veïns per Rubí (VR) votaron en contra.
El ejecutivo local dirigido por la alcaldesa Ana Maria Martínez enmarcó estas ordenanzas en un contexto de crisis, que lo ha llevado a reducir la presión fiscal a las familias. De hecho, la rebaja del IBI del 2% sitúa el tipo impositivo general en el 0,698%, lo que supone, afirma el Ayuntamiento, el más bajo de los últimos 25 años,
Nueva tasa
Las ordenanzas incorporan una nueva tasa que gravará a las empresas transportadoras de energía por el uso del dominio público. Pese a reducir la presión fiscal, el equipo de gobierno asegura que se mantendrá la calidad de los servicios municipales gracias al buen tono económico del Consistorio.
Por otro lado, en el pleno el concejal Sergi Garcia (ahora en el equipo de gobierno como regidor no adscrito) comunicó oficialmente su baja como edil del PDeCAT.