Por primera vez Matadepera ha vivido dos fiestas mayores simultáneas: la oficial, organizada por el Ayuntamiento a través de la comisión de fiestas, y la alternativa, impulsada por las entidades juveniles que forman el colectivo Vilagatzara al no sentirse representadas en el programa oficial. Y ambas han funcionado muy bien. Nunca antes en el municipio se había producido una situación de este tipo en el marco de una fiesta mayor. De hecho, Vilagatzara había sido la encargada de confeccionar la oferta juvenil de los festejos durante las últimas cinco ediciones, circunstancia que en esta no se ha dado por desavenencias con el Ayuntamiento. Por ese motivo, lejos de quedarse con los brazos cruzados, Vilagatzara organizó su propia fiesta mayor alternativa, poniendo en evidencia la fractura abierta entre gran parte del colectivo juvenil y el Consistorio.
Una brecha que, si no se logra reconducir la situación, podría ir creciendo. No en vano, desde Vilagatzara avanzaron ayer que la fiesta mayor "alternativa y autogestionada quizá tenga continuidad" el próximo año. "Después de lo bien que ha ido, la idea es que (esta primera edición) no sea la última", añadieron las mismas fuentes.
Desde el lado contrario, la concejal de Fiestas, Carme Querol, hizo un balance muy positivo de la fiesta mayor oficial -que el lunes culminó cinco días de intensa actividad- al afirmar que "ha ido muy bien". La regidora destacó el estreno de la plaza del Ayuntamiento como nuevo escenario de los festejos -para acoger actividades que han crecido en participación- y las nuevas propuestas incluidas en el programa de este año.
Fiesta holy
En relación al nuevo escenario, Querol puso como ejemplo las habaneras del domingo por la noche -a cargo de los grupos Marineras de Riera i Port Bo-, en que se habilitaron 600 sillas que se quedaron cortas para acoger a todo el público (hubo mucha gente de pie y sentada en el césped). La jornada del viernes de los "tastets" de las entidades es otro botón de muestra. Fue tanta gente que se agotó la comida, por lo que de cara a la próxima edición se baraja la idea de aumentar las entidades participantes.
Respecto a las nuevas actividades, la concejal de Fiestas resaltó que todas "han funcionado muy bien". Fue el caso de la fiesta Holy del lunes por la tarde, con una gran afluencia de público y en la que el Ayuntamiento repartió de forma gratuita entre los asistentes cinco mil bolsas de polvos de colores. La tirolina y el rocódromo que se habilitaron el sábado por la mañana fueron otras de las novedades que recibieron una gran acogida. Prueba de ello es que, en algún momento de la mañana, se llegaron a formar colas de hasta una hora para acceder a la tirolina. El Corre Tapes, un torneo de ping pong o una batalla dialéctica a ritmo de hip hop fueron otras de las novedades.
El Sopar de Germanor del sábado -se habilitaron 1.800 sillas- volvió a a ser, como en ediciones anteriores, la actividad más multitudinaria, seguida de la fiesta Holy o un concierto del grupo Mishima.
La fiesta mayor alternativa de Vilagatzara, por su lado, se desarrolló en dos jornadas. La primera, el jueves pasado, con diferentes actividades en el Casal Popular Els Pins -un espacio "okupado" desde hace tres años- que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada, pese a la prohibición del Ayuntamiento. Y la segunda, el sábado, con un espacio propio simulando un pequeño pueblo en la plaza situada al lado de la iglesia de Sant Joan. Un lugar que ofreció diferentes propuestas durante todo el día -paella popular incluida- y que contó con un flujo continuo de gente.
Además, dos entidades del programa oficial se solidarizaron con la fiesta mayor alternativa: la Banda de Matadepera, cuyos componentes se enfundaron o exhibieron camisetas de Vilagatzara en el concierto-vermut del sábado, y el Cineclub Matadepera, que antes de iniciar la doble sesión de autocine dejó a las entidades juveniles leer un manifiesto.
Botellón
En este edición de la fiesta mayor, la Nit Jove se limitó a la noche del sábado. Comenzó en la plaza del Ayuntamiento antes de la medianoche y las dos de la madrugada se trasladó a la plaza de las Acàcies, para acabar a las cinco. En este segundo espacio se registró alguna pelea, que Querol calificó de "conflicto mínimo" y añadió que "no se puede comparar con los incidentes ocurridos en años anteriores" en las Farraques, un espacio para jóvenes que el Ayuntamiento ha suprimido en esta edición. La concejal admitió además que en algunas zonas hubo botellón, "un problema muy difícil de controlar", reconoció.