Vallés

Un mercadillo bajo la lupa de la ley

El mercadillo de Can Trias sigue abierto. Después de una semana de negociaciones con el Ayuntamiento y procesos judiciales, los paradistas han conseguido que el único mercado ambulante de Viladecavalls siga operando. El martes 31 de mayo, el Ayuntamiento de Viladecavalls anunció el cierre provisional del mercadillo porque la anterior gestora, UVA Mercats-Catalans, alegaba “pérdidas sustanciales en la gestión económica” y un “elevado número de impagos.

El cierre del mercadillo sin negociación previa, al igual que cualquier tipo de modificación de dimensiones o localización, atenta contra el Artículo 3 del Decreto 162/2015. En este caso concreto, además, el juez había dictaminado que el mercadillo debía funcionar con normalidad mientras el proceso judicial siguiera abierto.

Derechos de los paradistas
El Ayuntamiento defendió su postura a través de las declaraciones de UVA Mercats-Catalans, que consideraban el proyecto inviable. En sus inicios, con centenar de paradas, UVA Mercats recibía la cantidad de dinero suficiente para abonar los 2.000 euros mensuales que el Ayuntamiento demandaba. Con el paso de los años, el número de puestos fue decreciendo. Frente a esto, explica el paradista José Lorenzo, el Ayuntamiento decidió reducir el número de licencias hasta el punto de no ofertar ninguna en los últimos doce meses.

En lo que respecta a los impagos, el Ayuntamiento ha anunciado que tan solo seis de las actuales 64 paradas tienen sus cuentas al día. El abogado defensor del caso, Francesc Xavier López Vegas, califica está información de “incorrecta”. Según datos oficiales, el Ayuntamiento solo ha contabilizado 21 de los 64 puestos. El número de pagos reglamentados, por lo tanto, es superior a lo divulgado por el Ayuntamiento. Prueba de ello es el caso del paradista Santiago. Cuándo UVA Mercats dejó el mercadillo, Santiago pidió un documento que expusiera la regularidad de sus pagos; sin embargo, el sábado un responsable del Ayuntamiento le dijo que debía 300 euros.

Francisco Jiménez, que desde el principio tiene una parada en Can Trias, señalaba que “Es una pena que después de cuatro años nos lo quiten”. Reconoce que el nivel de ingresos es el más flojo de los cinco a los que acude aunque matiza que “da poquita ganancia, pero algo te da. Es una pena que después de venir tanto tiempo se tenga que cerrar”. Otro joven paradista apunta que “Si hay gente que no paga es normal que el Ayuntamiento se queje, pero lo que no pueden hacer es que por unos que no pagan que lo tengan que pagar los otros”.

El proceso judicial sigue abierto. Por el momento, lo único seguro es que el mercadillo seguirá funcionando cada sábado en su horario habitual y este semana fue un ejemplo de esta nueva situación. Los paradistas lucharán por conservar sus derechos .

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