Vallés

La salida de dos ediles del grupo de C’s atomiza aún más el pleno

La desfragmentación del Ayuntamiento de Rubí, donde el PSC gobierna en minoría junto a un concejal no adscrito procedente del PDeCAT y hay representados hasta ocho grupos municipales en el pleno, sigue creciendo a marchas forzadas. Ahora, el epicentro de esta atomización se sitúa en Ciutadans, que en las últimas municipales de 2015 asaltó el Consistorio entrando por la puerta grande con cuatro ediles. Pues bien, dos de sus regidores, José Manuel Mateo y Mariola Marín, han abandonado el grupo municipal por discrepancias con su portavoz, José Abadías.

Ambos, que también se han dado de baja del partido naranja, continuarán ahora en el Ayuntamiento como concejales no adscritos. Pese a que el partido les ha pedido que entreguen sus actas de regidores, que pasarían a los siguientes miembros de la candidatura con la que C’s acudió a las municipales, éstos se han negado y ahora irán por libre como ediles no adscritos.

Código ético
De esta forma, los dos ediles "díscolos" pasan a tener la misma condición que el también concejal no adscrito Sergi Garcia, que abandonó el grupo municipal del PDeCAT (ahora con un solo regidor) para pasarse, a finales del año pasado, al equipo de gobierno del PSC, donde asume las competencias de Orientación, Formación e Inserción Laboral, Salud Pública y Educación.

Tanto José Manuel Mateo como Mariola Marín firmaron un código ético con la formación naranja que decía que en caso de abandonar el partido se comprometían a renunciar al acta de concejal y, por tanto, a facilitar la entrada de nuevos miembros de C’s en el pleno. Sin embargo, parece que los tiros no van por ahí ya que ambos ediles no quieren soltar la silla, como ratificaron esta semana en una rueda de prensa, en la que calificaron de "autoritario y dictatorial" a Abadías.

C’s replicó en una nota -su portavoz municipal no quiso hacer declaraciones- que Mateo y Marín "no han cumplido con el compromiso y las exigencias que supone ser concejal de esta formación". Y añadió que "su comportamiento no se adecúa las exigencias de un partido regenerador y democrático como C’s". Por último, la formación constata que, pese a la deserción de dos de sus cuatro ediles, "tanto el grupo municipal como la agrupación local están preparados para asumir los retos de futuro y culminar su proyecto para la ciudad".

El nuevo escenario que se abre ahora, con un ayuntamiento más dividido de lo que ya lo estaba a inicio de legislatura, podría tener consecuencias impredecibles en la dinámica de los próximos plenos.

Hasta ahora, el equipo de gobierno liderado por la alcaldesa Ana María Martínez (seis concejales del PSC más el regidor no adscrito, sobre un total de 25 que forman el plenario) ha podido sacar adelante muchos de sus proyectos gracias a los votos de C’s (antes cuatro ediles) y PP (dos). Habrá que ver ahora cuál es el sentido del voto de C’s y de los dos nuevos ediles no adscritos durante los próximos meses.

Por el momento, esta misma semana el ejecutivo pudo sacar adelante el presupuesto de 2017 con los votos de C’s, el PP y los dos nuevos concejasles no adscritos procedente del partido naranja.

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