Acusaciones de "amiguismo" y "clientelismo", de "falta de proyecto", de "fracaso sonoro" en las políticas económicas y de urbanismo, de "desgobierno interno", de "vender humo", de "prepotencia", de "corrupción ética y moral" o de falta de "honestidad y transparencia" fueron algunas de las lindezas que lanzaron todos los grupos de la oposición -a excepción de PP y Cs- al ejecutivo rubinense liderado por la alcaldesa socialista Ana María Martínez -que gobierna en minoría-, en un pleno extraordinario sobre el estado de la ciudad celebrado ayer tras ser forzado por ERC, AUP, ICV, PDeCAT y VR.
Un pleno cuyo mecanismo y convocatoria -un viernes a las nueve de la mañana- ya fue duramente criticado por la oposición, que sólo dispuso de cinco minutos para intervenir y luego de dos más para las réplicas. La alcaldesa, por su parte, empleó 20 minutos en su exposición inicial.
Del estado de la ciudad realmente se habló poco, sin profundizar, en un pleno tenso que acabó tomando unos derroteros llenos de reproches. Una sesión plenaria que dio la impresión de que había sido forzada por la oposición para tender una encerrona al ejecutivo e insuflarle un severo varapalo, en vez de centrarse en el motivo real de su convocatoria: la situación de Rubí.
Escenario difícil
En cualquier caso, el pleno, que coincidió con en el ecuador del mandato, puso de nuevo de manifiesto el difícil escenario político de Rubí: un plenario muy fragmentado (lo componen ocho formaciones) y un ejecutivo en minoría (lo que limita su acción de gobierno), que además cuenta con un edil no adscrito procedente del PDeCAT, al que ayer la oposición calificó en varias ocasiones de "tránsfuga" y al ejecutivo de "falta de ética y legitimidad" por acogerlo en su seno.
Inició el pleno la alcaldesa con una intervención plagada de cifras acerca de la gestión municipal de la ciudad, cifras con las que quiso transmitir que el ejecutivo trabaja por la localidad. Repasó la primera edil varios ámbitos -la economía, el empleo, la cultura, la educación, el mantenimiento de los espacios públicos, las políticas sociales, el civismo…-, para luego insistir, como ha hecho durante todo el mandato, en que el ejecutivo "tiene la mano tendida" a los grupos municipales "para trabajar en los retos de la ciudad".
Xavier Corbera, portavoz de ERC, principal partido de la oposición con cinco concejales, afirmó que para revitalizar la ciudad "son necesarios buenos proyectos, que se consiguen con buenos acuerdos y eso no se está dando". Y acusó al ejecutivo de "falta de ética y legitimidad" para gobernar, en referencia a su concejal tránsfuga.
El portavoz de AUP, Jordi Muntan, instó al ejecutivo -al que acusó de exhibir una "actitud prepotente"- a ejercer la "autocrítica" y "rectificar" su política actual para "poder construir juntos y acabar el mandato con dignidad".
Ramon Capolat, portavoz de ICV, espetó al equipo de gobierno que "su único compromiso ético es mantenerse en el poder al precio que sea" y lo acusó de no tener "ni honestidad, ni transparencia, ni ética". "Su único proyecto de ciudad es vender humo y el resultado es una ciudad paralizada, sin proyecto y sin perspectiva de mejora".
El único concejal del PDeCAT, Victor Puig, criticó al ejecutivo de "falta de proyecto" y "desgobierno interno", habló de "fracaso sonoro" en el ámbito económico y urbanístico y lo acusó de "frenar todo el potencial que tiene Rubí".
Apoyo
Antonio García, único edil de VR, calificó al ejecutivo de "trama organizada para la defensa de sus intereses personales, con amiguismo y clientelismo" y le espetó a Ana María Martínez: "Pasará a la historia como la peor alcaldesa de Rubí".
Desde el PP, su portavoz, Jonatan Cobo, declaró que "nos vamos a intervenir en esta pantomima". mientras que su homólogo de Cs, José Abadías, volvió a reiterar el "apoyo" de su grupo al ejecutivo y abroncó a los partidos nacionalistas de la oposición por sus "incongruencias".
Por su lado, la primera teniente de alcalde, Maria Mas, acusó a la oposición de buscar "la confrontación" y de dar una imagen "catastrofista" de la ciudad y de la acción de gobierno, de la que "no nos dejaremos arrastrar", advirtió. Y al igual que hiciese la alcaldesa, volvió a "tender la mano" a la oposición, pero a "la constructiva, no a la demagógica", matizó la concejal.