Los vecinos de Viladecavalls se volcaron este fin de semana en la Festa Major d’Hivern del municipio, también conocida como Festa de Sant Martí, patrón de la localidad. La propuesta estrella consistió en una feria gastronómica que reunió a una treintena de paradistas, los cuales ofrecieron productos de proximidad, muchos de ellos autóctonos de la comarca.
La feria gastronómica se habilitó el sábado y el domingo y fue entre las 12.30 del mediodía y las cuatro de la tarde del domingo cuando registró su máxima afluencia de público. "Todavía no tenemos cifras de ventas, pero lo que se ha detectado este año es que la gente que compraba, lo hacía en gran cantidad", afirmó ayer el concejal de Cultura, Jesús Porres.
Junto a la feria se llevaron a cabo de forma paralela dos aulas de degustación en la sala de plenos del Ayuntamiento (que se llenaron por completo) y una muestra de oficios antiguos y talleres infantiles en la calle de Baix. La banda de la Escola de Música también amenizó la feria y otros espacios de la fiesta con su música ambulante.
Y si la feria gastronómica fue uno de los platos fuertes de la Festa de Sant Martí, no lo fue menos el asado de cerdo a la llama, que se llevó a cabo delante del público a lo largo de la mañana del domingo. Luego se repartieron unas trescientas raciones, acompañando la carne de cerdo con "cigró menut" y pan de pueblo con salsa. La plaza de la Vila acogió una carpa para comer.
También resultó muy concurrida la divertida gincana "Jo sóc de poble", una forma amena de reivindicar las tradiciones propias. Participaron en esta edición 160 personas repartidas en 26 equipos, superando las cifras del año anterior.
Más participación
Hubo además, como novedades, un aperitivo popular en la plaza de la Vila que congregó a más de doscientas personas (lo organizó la Associació de la Gent Gran Carnet Daurat de Viladecavalls) y una concentración de coches clásicos en la plaza de la Font de Can Turu y la calle de Baix.
Los festejos se cerraron el domingo por la tarde con teatro en el auditorio de la Escola Municipal de Música, que acogió la obra "Reinonas", de Guifré Baró. Antes hubo baile de country y swing en la plaza de la Vila.
El Horsetown Music Festival, la noche del viernes, y un espectáculo literario y humorístico, la tarde del día de antes, a cargo de la actriz Jordina Biosca completaron el programa. Aunque desde el Ayuntamiento aún no se ha realizado una valoración de la participación en las fiestas, Porres adelantó ayer que "la sensación es que en esta edición se ha superado un poco la participación que hubo en la anterior".